Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Puro infierno

Ser una buena persona no solo es sonreír y mantener la atención presta a las inquietudes de quienes te rodean o se acerca a ti con el ánimo de encontrar soluciones o respuestas. No, ser buena persona es no solo parecerlo, hay que serlo y comprometerse. Cuesta, pero como todo, es cuestión de práctica. ¿Dónde está el problema? Pues es bien sencillo que, como también sucede siempre, de donde no hay no se puede sacar. Hay disfraces, a coste de saldo, que se pasean por nuestras vidas aparentando unos brazos abiertos, cobijo falso, que simulan ser regazo y solo derrochan puro calor de infierno. ¡Ojo, que simulan la perfección! Son personas que poco merecen una lágrima, un suspiro o una noche de sábanas revueltas. Son todo lo contrario a lo que alguna vez has necesitado, deseado o buscado. Saber escuchar; comprender el silencio; ofrecer hasta donde tienes, sin falsas promesas ni sueños en destrucción; regalar una sonrisa u ofrecer lo mucho, o poco, que tienes, para muchos será siempre imposible porque, lo dicho, de donde no hay no se puede sacar. Solución: se asusta con poco y es sencillo eliminarlos de la ruta. Con un simple zapatazo de honestidad, los derrumbas. Ánimo.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.