Diario de Ibiza

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Miguel Ángel González

Desde la marina

Miguel Ángel González

Peor que lobos

La semana pasada leíamos aquí que los pequeños hatos de ovejas que todavía tiene Formentera siguen siendo víctimas del ataque de perros sueltos que, por lo que se ve, son peores que los lobos. Matan por matar, no para comer. ¿Cómo se entiende, en otro caso, que sólo dos canes, en la finca de can Joan Blai, en la venda de Porto- Salè, acaben con tres corderos y dejen heridas a tres ovejas? Es evidente que estos perros que en tiempos fueron mascotas, al vagar libres y por motivos que no sabemos, –tal vez un maltrato los hizo agresivos-, acaban recuperando su ancestral instinto depredador y se convierten en un verdadero peligro. Sorprende, sin embargo, que el hecho haya tenido tan poco eco. Tal vez hay quien piensa que hablar de ello supone una mala imagen para una isla que vendemos idílica y paradisiaca, cuando lo cierto es que no es un suceso menor, sobre todo cuando se viene repitiendo. Es evidente que lo único que en este caso puede y debe hacerse es localizar a estos animales y sacrificarlos porque, cuando matan una vez, no dejan de hacerlo.

Y si ha sucedido otras veces es porque por parte del Consell Insular de Formentera no existe el necesario y exigible control sobre estos animales. Dicho esto, nada más lejos de mi intención que crear con mi comentario la más mínima alarma, pero si no lo digo reviento: ¿se imagina alguien lo que podría pasar si uno de estos canes asilvestrados atacara a un niño? Y no creo exagerar. Sucede con demasiada frecuencia que un perro ataca a un adulto.

No se trata, por tanto, sólo de las ovejas. Estas bestias no pueden andar sueltas porque son una amenaza real. Es lamentable, en fin, que los payeses, con sobrados motivos, tengan que denunciar el hecho en los términos que lo hacen: «Si no hay ganadería –y los rebaños de la isla son cada vez menos y más pequeños-, no hará falta hacer paredes de piedra ni estalonar higueras». Cabe esperar que más pronto que tarde, también en estos papeles, tengamos la noticia de que el problema se ha resuelto.

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