Diario de Ibiza

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Prats, Xescu

Pura desidia

Resulta interesante esta estrategia de acudir a Fitur a vender con la mejor de nuestras sonrisas las maravillosas playas ibicencas, los excelsos parajes naturales y la excelencia de nuestra gastronomía. Sobre todo si después nos imaginamos la cara de asombro que se les queda a los turistas que aterrizan y se encuentran el aeropuerto convertido en un patatal, con pasillos exteriores provisionales donde hay que esquivar troncos de palmera y por los que algo tan básico como tirar de la maleta se convierte en una odisea. La dirección de la terminal ibicenca, tras más de un año funcionando bajo mínimos, se luce ahora con este desastroso plan de obras, que además parece que tampoco pondrá remedio a los atascos habituales. La imagen que ya estamos trasladando en la temporada del reinicio no puede ser más grosera.

La misma decepción experimentarán los viajeros que consulten la promoción online que se hace de la isla, con frecuentes alusiones al Parque Natural de ses Salines, en el momento en que decidan seguir sus recomendaciones. Básicamente porque cuando lleguen al centro de interpretación del parque, junto a la iglesia de Sant Francesc, se lo van a encontrar cerrado a cal y canto. La puesta en marcha de este pequeño y modesto recinto expositivo, del todo insuficiente para un espacio natural de tanto importancia, fue más intrincado que el éxodo de los hebreos. Y ahora nos encontramos con que la desidia y el insólito desinterés de todas las administraciones involucradas en su gestión lo abocan otra vez a la suspensión. El parque es uno de los lugares de mayor interés histórico, ambiental y ornitológico de Europa, y le faltan rutas, actividades y propuestas para todo el año. Pero en vez de sumar, restamos.

¿Cómo vamos a resolver retos tan importantes como un urbanismo que conjugue el respeto por el medio ambiente, atender a los innumerables problemas sociales o buscar salidas económicamente viables a la saturación turística si no somos capaces de mantener un simple centro de interpretación abierto? Lo surrealista de esta injustificable parálisis es que todas las partes manifiestan su voluntad de que el espacio siga abierto. Sin embargo, a la hora de la verdad, nadie se ha coordinado ni dedicado el menor tiempo a ponerse de acuerdo, y la temporada se ha iniciado sin centro de interpretación, a pesar de que el asunto, como a continuación veremos, es una auténtica memez.

Diario de Ibiza desentrañaba todas las claves mediante un amplio reportaje que concluía que el único motivo de la parálisis es la firma de un nuevo acuerdo con el Obispado de Ibiza, que es el propietario del inmueble, ya que el convenio anterior a cuatro bandas entre esta institución, la conselleria de Medio Ambiente del Govern balear, el Ayuntamiento de Sant Josep y el Consell Insular no puede renovarse. El problema es que por parte del Consell quien figuraba era la Fundación de Promoción Turística, que es una entidad que ya no existe.

El Consell asegura que tiene la firme voluntad de que el asunto se arregle cuanto antes, el Ayuntamiento pide que el centro vuelva a abrir con urgencia y el Govern también se manifiesta a favor, aunque echa la culpa del cierre a los dos anteriores porque éstos no se ponen de acuerdo. ¿De acuerdo en qué? El Obispado, por su parte, también ha anticipado su voluntad de colaboración. ¿A qué esperamos entonces? ¿A que el nuevo convenio se redacte solo? ¿A que haya pasado la temporada y sigamos sin resolverlo? Hay polémicas que a la ciudadanía nos resultan imposibles de descifrar y únicamente podemos atribuirlas a la indolencia.

Quien debería liderar este asunto es la conselleria de Medio Ambiente del Govern, desde donde se traslucen síntomas de que en realidad se prefiere que no se resuelva. Incluso ha propuesto que, en vez de ponerse todos de acuerdo y firmar el documento, el centro de interpretación sea trasladado al recinto que existe en el antiguo campamento militar de sa Caleta, junto al poblado fenicio, que lleva un montón de años sumido en el abandono. ¿De verdad que Mallorca ha tenido los bemoles de sugerirnos que traslademos un espacio dedicado a explicar las características, historia y peculiaridades de las salinas a varios kilómetros de las salinas, desde donde ni siquiera se avistan las salinas?

Este desastre se suma a la incapacidad de unos y otros para enterrar los tendidos eléctricos, la especulación inmobiliaria por encima de la ley que tiene lugar en el ámbito del parque, la explotación desmesurada de las playas y la saturación extrema que se produce cada verano en un enclave de alto valor ambiental supuestamente protegido. Señores del Govern balear y demás implicados: por favor, dejen de marear la perdiz, acuerden con urgencia lo que corresponda y abran de una vez un espacio que nunca tendría que haber cerrado.

@xescuprats

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