La Unión Deportiva Ibiza se acostó ayer siendo equipo de Segunda División. Sí, es completamente cierto. El sueño del club y de muchos aficionados, deseosos de ver por primera vez a un equipo pitiuso jugando en la Liga de Fútbol Profesional (LFP) se ha hecho realidad. Amadeo Salvo, presidente de la entidad y del ahora consejo de administración del club tras su conversión en Sociedad Anónima Deportiva, ha necesitado mucha paciencia, insistencia, fe y una importantísima inversión económica que sólo él sabe. Lo conseguido por el empresario valenciano con la UD Ibiza abre un antes y un después en el balompié de Ibiza y Formentera. Enhorabuena al club y a todos sus aficionados porque ahora entran en otra dimensión. Y seguro que Salvo no se conforma y querrá llegar al Olimpo de la Primera División. Tiempo al tiempo. Pero ahora se abre una importante contrarreloj para llegar a tiempo y cumplir los requisitos que exige la LFP para poder participar en alguna de sus competiciones, en este caso la División de Plata. El punto caliente es el del estadio de Can Misses. Concretamente la cesión de uso de la instalación, así como la millonaria reforma de la misma para ser apta para los partidos de élite. En agosto comienza la Liga de Segunda y el tiempo apremia.
