La pandemia sigue exterminando vidas y ahogando econonómicamente a muchas familias. Y como una hostia en plena cara vuelve a salir en los medios el polémico plus de residencia de los políticos baleares de 22.000 euros. Un plus que equivale al sueldo medio en las islas es una vergüenza, como lo son los políticos que sin miedo a perder su empleo están calentitos en casa con la calefacción a tope sin importarles la factura y con la nevera hasta arriba sin hacer nada para amortiguar el drama que estamos viviendo con esta crisis sanitaria. El nuevo estado de alarma nos aprieta más y carga contra los pequeños empresarios que van echando el cierre porque la situación es insostenible. No podemos seguir manteniendo privilegios tales de la clase política. Y no es demagogia, es pura matemática. Los políticos también se tienen que apretar el cinturón. Se lo deben a cada votante que ha cerrado su negocio; al que hace cola para pedir comida en Cáritas; al que hace malabares para subsistir con el ingreso mínimo vital de 461,53 euros; al que le pone la copas y es multado por cerrar más tarde de la hora permitida; al que se queda sin trabajar (y cobrar) en casa porque su hijo ha pillado el Covid en clase; al que ha sufrido un ERTE o al que va camino de un ERE.

@ Veroxs