Que el Govern haya marcado en una semana tres horarios distintos para el toque de queda en Eivissa. De las 11 de la noche del primer día, se pasó, tras la reunión de la presidenta Armengol con el sector de la restauración, a retrasarlo a medianoche para, poco después, avanzarlo a las 10 por la preocupante situación epidemiológica de la isla. Con los continuos cambios, los pequeños empresarios, especialmente los de restauración, y los ciudadanos están sumidos en la confusión más absoluta. Es necesario que las medidas que se adopten tengan en cuenta la situación global para no improvisar a diario, generando aún más ansiedad en la población. u Que un nutrido grupo de propietarios de bares y restaurantes de Vila aseguren que no se sienten representados por la Pimeef y estén barajando la posibilidad de constituirse en una asociación aparte. Estos responsables de negocios quieren «hacerse oír» y luchar por la supervivencia de los castigados establecimientos de restauración, muchos de ellos abocados al cierre.