La pandemia se va a cargar uno de los hábitos más españoles: cenar a partir de las diez de la noche. Nutricionalmente es poco recomendable comer tan tarde, pero tampoco ayuda a hacerlo antes los horarios laborales que existen. Las nuevas restricciones en Vila han puesto en jaque a los bares y restaurantes del municipio. Muchos empresarios aseguran que hacen caja sobre todo de 22 a 24 horas. Pero con las nuevas medidas sanitarias esta franja horaria desaparece para los establecimientos de Vila. Si la restricción fuese igual en toda la isla incluso se podría crear una tendencia de cenar a las siete u ocho de la tarde, una hora buenísima, y por ende, terminar de trabajar antes de esa hora. Así los bares y restaurantes no se verían tan afectados económicamente. Aunque la realidad es que con estas medidas lo que se busca es capar la vida social de los vileros. Y donde más nos gusta socializar a los españoles es en el bar. Las barras van camino de la extinción con la pandemia. Lejos quedan ya esos recuerdos de acercarte a la barra a codazos y esperar en doble fila a que el camarero o la camarera de turno te mire para poder pedir una bebida. Con el Covid se acabó el calor de bar, del humo ya ni hablamos. Ante esta situación el Govern debe responder con ayudas para estos empresarios que pagan salarios y que están viendo el cierre como única salida. No se pueden implantar medidas sin sostener de alguna manera los dramas personales que suponen acatarlas.