Publica Automovilistas Europeos Asociados un informe que revela que el radar de la autovía de Ibiza a Sant Antoni es el sexto que más multas genera de España y no me extraña. Un par de esas multas son mías. Solo un par, a pesar de que circulo por esa carretera varias veces al día y que, como el resto de ibicencos, me veo obligado a frenar cuando me doy cuenta de que me va a volver a cazar. Digo me doy cuenta a conciencia, porque el único sentido que tiene ese radar en ese sitio es vaciarnos los bolsillos. El Estado es aquí uno de esos bandoleros que esperaban a las carrozas en los caminos para asaltar a los viajeros. Solo que ha sustituido las patillas y el acero albaceteño por una caja blanca de aspecto inocente. No tiene ningún sentido que reduzcan la velocidad a 80 en un tramo en el que no hay ningún peligro, ninguna curva pronunciada, nada de nada. Es un tramo limpio, recto y seguro en el que se podría circular a 100, como en buena parte de la carretera, sin ningún problema. Se sale del túnel, en el que se circula a 70, y se puede acelerar hasta 100 en un tramo en curva y que tiene la incorporación de la carretera de Sant Rafel y una salida. Y, de repente, te obligan a bajar a 80 sin ningún sentido, así que todos los conductores que se acuerdan van reduciendo al llegar al radar y los que no, pegan un frenazo. Cualquier día puede producirse un grave accidente por culpa del bandolero.