En mi última mudanza comprobé que me sobraban bolsas y bolsas de ropa, alguna sin estrenar, que fueron a parar a uno de los puntos de recogida de Cáritas Ibiza. Anteriormente había vendido algo por Wallapop, ahora en el punto de mira de Montoro. Fue rápido y cómodo. El rastro de Sant Jordi es un clásico. Una amiga se sacó un buen pellizco hace una semanas vendiendo la ropa que ya no quería. Otra manera de quitarse peso de encima es hacer un showroom con amigas. El caso es que cualquiera de estas opciones es mejor que tirar prendas a la basura. Es un residuo que tarda mucho tiempo en descomponerse. Una prenda de algodón o lino tarda entre uno y cinco meses, mientras que una de lana, hasta un año. Además, requieren de muchos recursos para su creación. Para fabricar unos vaqueros se necesitan 9.000 litros de agua. Casi nada. Por eso muchas cadenas de ropa ahora recogen textiles usados para reciclarlos, lo que no deja de ser una gota en el océano del consumismo. Esta semana hemos descubierto además que la ropa de Ibiza de segunda mano no dura ni un suspiro en las subastas textiles de la Península. Sea cual sea la opción tomada para limpiar el armario piensa en reciclar porque el planeta te lo va a agradecer. Y si quieres ayudar más aún, usa los contenedores de Cáritas.