Una vecina de Cala de Bou me sorprendía el otro día al comentar, preocupada, que había escuchado rumores de que «el nuevo Ushuaïa» lo iban a construir en una de esas obras que reiniciaba su actividad después de estar años parada. «Entonces ya sí que no podremos dormir». Me sorprendió ese ya. Esas dos letras expresan lo que parece ser el límite de lo aguantable. Límite que, por otra parte, los vecinos de Sant Jordi y Platja d´en Bossa ya han rebasado. En repetidas ocasiones, además.

La preocupación de esta vecina, a la que llamaremos Libertad, es más que justificable. De un tiempo a esta parte, Cala de Bou se ha convertido en otro foco más de contaminación acústica, fenómeno que está más que demostrado que provoca graves alteraciones en la vida de las personas.

Libertad teme al «nuevo Ushuaïa», quizá porque lo asocia al paraíso del ruido en el que se ha convertido la zona de Platja d´en Bossa donde está ubicado.

No es un tema para tomarse a broma, aunque FARTS!, Pitïuses en Acció haya elaborado y enviado a muchos y muchas representantes políticos un irónico «Calendario Denuncia de la Contaminación Acústica de 2016». En él se pueden ver las bacanales del ruido que se montan en temporada alta y que han sido el motivo principal por el que centenares de vecinos y vecinas no han podido conciliar el sueño en una temporada donde fulminábamos todos los récords de afluencia (y de irracionalidad). A algunos les habrá hecho más gracia que a otros.

A Libertad, le hace gracia al principio pero le preocupa que se pueda convertir en el calendario oficial de cada temporada.

Libertad hace tiempo que no tiene mucha fe en las instituciones de la isla, incluido su Ayuntamiento, el de Sant Josep. Leyó que se habían cerrado unos 200 expedientes en toda la legislatura y que ahora querían aprobar ordenanzas para controlar a los ruidosos y a los que se pasan de aforo, pero el recuerdo que tiene del verano es el de su cuñada que la llama desesperada por no poder dormir una noche de closing. «Al final hacen lo que quieren y nadie les dirá nada», piensa resignada.

Me sabe mal decirte, Libertad, que la modificación de la ordenanza de ruidos y la aprobación de la de aforos, tal y como piensas, va a servir más bien de poco sin los recursos necesarios. Hace falta más inspección, que se endurezcan las sanciones a través de la modificación de la Ley de Actividades y que se haga especial hincapié en la protección del derecho al descanso y no en la defensa del libre mercado del ocio nocturno más descontrolado, entre otras cosas.

Si queremos conseguir que tú y tantas otras personas afectadas por el ruido en el municipio de Sant Josep y en toda la isla de Eivissa tengáis derecho al descanso, el camino debería ser otro. Aprovechando que el PSOE tiene a sus colegas en el Govern, podían haberse preocupado de ver qué respuesta les daban a la instancia que el Pleno de nuestro Ayuntamiento les hizo llegar, precisamente, para modificar la Ley de Actividades.

Pero en el último pleno, Libertad, no sólo dijeron que no sabían en qué había quedado ese tema sino que, como ya he dicho antes, la temporada tampoco fue tan mal.