Por desconocida que sea y aunque no pueda comercializarse de una manera muy patente, la Ibiza geológica esconde algunos tesoros que hasta ahora no habían sido puestos en conocimiento, y todo gracias a los sondeos y los avances tecnológicos, que han facilitado radiografiar los fondos marinos.

Como dije en un anterior artículo, el Govern ya tiene a su alcance estos estudios y tiene planes de protección especial para los montes submarinos y también para los volcanes adyacentes. Vamos a esperar noticias.

En otro terreno más concreto y a menos profundidad, ya se ha dirimido una cuestión que ocupa al Govern, a los consells y a los ayuntamientos: ¿quién debe regular y velar por el buen estado de salud de las praderas de posidonia? Según un informe jurídico del Govern, es el Estado quien tiene responsabilidad sobre estas riquezas botánicas naturales, no es la Administración local. Sin duda, el informe clarifica las pretensiones del Ayuntamiento-Consell de Formentera que pretende intervenir en la gestión del Patrimonio de la Humanidad.

Sinceramente, viendo con cierta perspectiva el muy deficiente funcionamiento de las autonomías, uno casi prefiere que los políticos locales alejen sus torpes manos de la gestión de estos temas.

Y para acabar estas pinceladas sobre la Ibiza mineral, sobre la geología de la islas, no puedo olvidar los avances conseguidos en el proyecto de catálogo de lugares de interés geológico, del cual se derivarán presumiblemente medidas de cierto alcance para su protección. A estas alturas, ya veremos la importancia real de esta protección si llega a cuajar la totalidad del catálogo.

Son zonas en la costa o en el interior de marcado carácter peculiar y singular. Son estos accidentes geográficos los más espectaculares de las Pitiusas, los que hacen de nuestro archipiélago un grupo reconocido en el mundo entero.

Copio la relación de la noticia del Diario de 30 de abril 2011, que daba cuenta de que en Ibiza se han localizado 16 accidentes geográficos susceptibles de entrar en este compendio geológico. El listado aportado por el Ejecutivo regional señala: las barras cretácicas y acantilados del Penyal de s´Àguila; Pla de Corona; Pla de Sant Mateu; la espectacular cueva de Can Marçà; sa Foradada-Cap Nunó; depresión del terreno en Cala Aubarca; es broll de Buscastell, con su paisaje tan dulce y sus aguas generosas en etapas prolongadas de lluvias; s´Aigua Blanca en su conjunto; mioceno postectónico de Portinatx; Port de ses Caletes (cerca del anterior); las minas de s´Argentera, en Sant Carles, que fueron explotadas desde tiempos de los fenicios y los romanos; playa y dunas de es Cavallet, un icono en el mundo turístico; playa de es Codolar y acantilado de es Puig des Falcó; sa Talaia de Sant Josep; es Vedrà y acantilados de es Cap Blanc, y serie jurásica de Cala Llonga.

O sea, la Ibiza brava, descomunal, bellísima.

En Formentera se han localizado otros seis puntos: sucesión cuaternaria de Cala en Baster; s´Estany des Peix; s´Espalmador; cuaternario de Can Marroig; rasa y acantilado de la Mola y acantilado de es Cap de Barbaria.

Como siempre, además de la protección genérica que merecen me pregunto cómo se definirá una protección más específica. Esperaremos.