El nuevo duelo entre Moisés y Óscarel número 113 entre los dos en El Rosco no ha podido estar más emocionante. Ha contado con todos los ingredientes, especialmente con mucho suspense hasta el final y con una trabajada remontada. El bote está ya en 1.570.000 euros y parece que la dificultad de la prueba está en consonancia con esa cantidad.

El inicio de los dos ha sido idéntico: acertando las dos primeras letras y pasando en la C. A partir de ahí, Moisés ha vivido una de sus tardes más trabadas, mientras que Óscar ha ido distanciándose. El madrileño ha cogido carrerilla con un extraordinario turno de once respuestas. La máxima diferencia con su rival la ha marcado al terminar la primera ronda: 20 a 6, nada menos que catorce aciertos de diferencia.

Moisés ha ido remontando pero de una forma extremadamente prudente. De hecho, ha dejado una decena de preguntas pendientes para la segunda vuelta. Parecía un reto complicado pero Óscar se lo ha puesto un poco más fácil al fallar en la S: ha reconocido que la tenía atravesada y se ha arriesgado respondiendo “seglar” cuando se buscaba “secular”. “Ostras, qué dolor”, ha comentado el madrileño. Después, ha podido desquitarse sumando un acierto más y llegando a 22.

Mientras, Moisés ha proseguido con su desafío particular en una tarde tan extraña. Con 21 aciertos y sólo tres segundos por delante, ha tenido que arriesgar: “Me lo juego todo”. Su tiro ha dado en el blanco y ha trasladado la presión final a su rival. 

Finalmente Moisés se ha impiesto a su rival, por lo que óscar tendrá que volver otro día más a la silla azul que tantos buenos jugadores ha dejado atrás tras la victoria de Rafa frente a Orestes.

Dinero acumulado

Moisés continúa su lucha por conseguir el rosco, aunque ya lleva una buena cantidad acumulada. Concretamente, el riojano suma en su bote personal 138.600 euros. A escasos días del programa 1.000 de Pasapalabra, Moisés cumplía 200 concursando por llevarse el bote. Uniéndose al equipo de Orestes Pablo, el riojano se ha convertido en un auténtico veterano, enfrentándose a Óscar, que recientemente también celebraba su centenario. “Es un bote llegar a tantos programas”, ha asegurado Moisés, orgulloso de lo que ha conseguido y con ganas de seguir. Para el concursante, poder jugar cada día es un honor y, sobre todo, se queda con los buenos ratos.

Sin embargo, no puede evitar tener presente el bote en su programa 200. “Da un poco de importancia”, ha advertido, recordando las 8 ocasiones en las que se ha quedado a una letra del gran premio. Un solo acierto le habría cambiado la vida y, aunque los recuerda todos con claridad, el fallo que más le dolió fue la definición de “jarra”, tras la cual acertó todo el Rosco.

Moisés tiene claro que los errores también son parte del proceso y le han hecho disfrutar de 200 días junto a unos rivales increíbles. “Me dolió bastante cuando se fue Fer”, ha confesado, rememorando una de las mejores etapas de Pasapalabra.