Kiko Matamoros mostró durante la tarde de ayer su lado más vulnerable. El colaborador acabó abandonando el plató de 'Sálvame', visiblemente dolido y afectado, debido al distanciamiento con su hija Anita, con la que no se habla a raíz de su separación de Makoke. Pero el detonante de su abrupta salida del estudio fueron los comentarios de algunos de sus compañeros, incluidos los de la presentadora Paz Padilla

"No quiero nada malo para mi hija, ojalá sea superfeliz. Que le salga todo redondo", afirmaba el colaborador, que acabó estallando al recordar uno de los episodios que más le han dolido: "Ver a mi hija subida en el barco de un señor que le aplastó la tripa a su madre cuando estaba embarazada, entenderás que me revuelva las tripas". Más adelante, Paz Padilla pronunció unas palabras que propiciaron su repentino abandono: "Tu hija ha pedido ayuda porque no está bien. Tiene 21 años". En ese instante, Kiko se levantó de su silla para salir fuera e intentar tranquilizarse.

"Los hijos pasamos por muchas etapas. La visión de un adulto no es la misma que la de una niña de 21 años", añadió la conductora de 'Sálvame', que por otro lado, insistió en que "el amor está por encima de todo". "Todo el mundo no es igual, pero desde mi punto de vista, lo que impera es el amor de un padre y de una hija que están sufriendo", comentó. 

Minutos más tarde, le pidió disculpas a Matamoros por si le había ofendido con algunos de sus comentarios. "Lo siento mucho, de verdad. No era mi intención, no quiero que estés así. Perdóname", le dijo al empresario mientras este regresaba, con lágrimas en los ojos, a su puesto de trabajo: "No pasa nada, la culpa es mía por dejarme llevar donde no debo".

Finalmente, la humorista también rompió a llorar por la delicada situación que se estaba viviendo. "Valoro mucho la gente que amo y me da mucho miedo perderla. No quiero desaprovechar ni un día de mi vida. Cuando veo estas cosas, me parece que perdemos el tiempo", afirmó antes de darle un fuerte abrazo a su compañero.