Perfil

Jordi Hereu, el último emperador de la era de Pasqual Maragall en Barcelona

Tras su paso por el Ayuntamiento barcelonés pasó a un plano discreto y se convirtió en consultor

Jordi Hereu, en la avenida de la Diagonal de Barcelona en septiembre de 2020.

Jordi Hereu, en la avenida de la Diagonal de Barcelona en septiembre de 2020. / MANU MITRU

Toni Sust

Da la impresión de que Jordi Hereu Boher (Barcelona, 1965) fue mucho más feliz en su etapa como concejal del Ayuntamiento de Barcelona, de 1999 a 2006, que como alcalde, cargo que ostentó desde septiembre de ese último año hasta 2011. Heredó la vara de mando municipal de Joan Clos, cuando este, como hace ahora él, recorrió el camino a Madrid para convertirse en ministro de Industria.

Al suceder a Clos, Hereu asumió un destino ingrato: ser el último emperador de la primera saga de alcaldes del PSC en la capital catalana, abierta por Narcís Serra en 1979 y llevada a su cúspide por Pasqual Maragall, considerado el mejor alcalde de la ciudad. Está por ver si la alcaldía de Jaume Collboni, lograda en minoría con apoyos más que imprevistos, abre una segunda saga.

La votación del tranvía

A Hereu le tocó cerrar una era, y la imagen gráfica de ese final se pudo ver el día en que, en visibles aprietos tecnológicos, votó ante los medios de comunicación en la consulta del tranvía de mayo de 2010. Pero la máquina no funcionó, como no lo hizo la propia consulta, en la que la mayoría, con una baja participación, votó a favor de que en la Diagonal no se hiciera nada. Un año más tarde, Xavier Trias se convirtió en el primer alcalde de CiU en Barcelona tras tantas décadas de intentos fallidos convergentes.

Afable y cercano en el trato, habituado a un tono de voz particular, alto y un tanto de pito, Hereu es licenciado en Administración de Empresas y MBA por ESADE. Ha sido siempre un hombre del PSC, del que es militante desde 1987, y esa etiqueta le marcó como alcalde. Presidente de la Federación de Barcelona (2008-2014) y anteriormente viceprimer secretario (2004-2008) y secretario de organización (2001-2008) en la capital catalana, se le considera el primer alcalde de la citada saga estrechamente vinculado con el aparato socialista, en contraste con los mandatos de Maragall, muy reacio a que el partido tuviera un elevado de margen de influencia en el consistorio.

Área verde de aparcamiento

Tras ser gerente de Les Corts desde 1997, en 1999 se convirtió en concejal del mismo distrito. A partir de 2004 fue edil de Seguridad y Movilidad, y bajo esta segunda responsabilidad asumió su gestión más delicada: le tocó gestionar la implantación de un sistema complejo, criticado inicialmente y que ha acabado funcionando: el área verde del aparcamiento.

Como titular de Movilidad asumió un reto que no era sencillo: acabar con las plazas totalmente libres de pago, las plazas no reguladas, en las que tantos barceloneses dejaron sus coches cada noche durante décadas.

Hispasat y la perrera

Una vez fuera del ayuntamiento, que dejó tras iniciarse el mandato de Trias, Hereu pasó a un plano discreto y se convirtió en consultor. Si con los coches le fue bien y con el tranvía, mal, lo siguiente fueron los satélites. En 2020 fue nombrado presidente de Hispasat, cargo del que pasará al ministerio.

Hereu es un personaje de contrastes, porque pese a haber sido identificado como un hombre de aparato, un miembro de la élite política partidista, es recordado como un alcalde más humilde que déspota.

Dicen que vivió con sorpresa y tensión el día en que unos cuantos empresarios de los que más poder tienen en la ciudad se presentaron en su despacho para advertirle de que la perrera proyectada cerca del colegio al que iban sus hijos no podía hacerse allí para no enturbiar la formación de unos chavales llamados a ser los líderes del futuro. Y la perrera no se hizo allí.