Las comisiones de investigación, un arma en manos del PP en el Senado

El Senado, esa Cámara territorial a la que la mayoría de las veces no se presta atención, tendrá un papel clave en esta legislatura. Si Pedro Sánchez logra ser investido presidente y se esquiva la repetición electoral, la mayoría absoluta que obtuvo el PP en la Cámara alta permitirá a los conservadores urdir una estrategia de acoso y derribo contra el futuro Gobierno. Con una influencia legislativa muy limitada -solo puede vetar de manera definitiva la senda de déficit y aprobar el 155-, el Senado si puede poner en marchas cuantas comisiones de investigación desee. Un arma que estará en mano de Alberto Núñez Feijóo.

En octubre de 2018, el PP llevó hasta la Cámara alta una polémica que llevaba semanas rondando por la arena política: la tesis doctoral de Sánchez. Ante los rumores de irregularidades, falsa autoría y tratos de favor con el líder socialista, los conservadores decidieron, nada más y nada menos, que constituir una comisión de investigación en el Senado. Los 148 escaños que ostentaban de los 265 que componen la Cámara fueron más que suficientes para aprobar la iniciativa, aunque luego la convocatoria electoral de abril de 2019 finiquitó los trabajos.

En aquel caso, los conservadores no lograron hacer desfilar al presidente del Gobierno por los pasillos de la Cámara alta para que diera explicaciones, pero sí ofrecieron un claro ejemplo de las herramientas que ofrece el Senado a aquellos que tienen una mayoría absoluta. Ahora, tras lograr 120 escaños de los 208 que se eligieron el pasado 23-J, el PP podría volver a usar esta estrategia.

¿Cómo hacerlo?

El reglamento del Senado parece que intenta prevenir un uso espurio de las comisiones de investigación por parte de un partido que tenga la mayoría absoluta y en su artículo 59.1 establece que la constitución de estas deberá ser propuesta por al menos 25 diputados, pero que no podrán pertenecer todos al mismo grupo parlamentario. Es decir, el PP por si solo no podría plantear la creación de una comisión de este tipo. Sin embargo, esto tiene fácil solución.

Hace cinco años, en ese intento de indagar sobre la tesis de Sánchez, la petición la firmaron 24 senadores del PP y la última rúbrica necesaria fue de la parlamentaria de Foro Asturias, Rosa Dominguez de Posada. Lo mismo hicieron en 2017 cuando propusieron y aprobaron una comisión sobre la financiación de los partidos políticos en la que citaron a decenas de políticos y que tenía como fin contrarrestar la investigación sobre la 'operación Kitchen' que se estaba realizando en el Congreso.

En esta legislatura, el PP podría buscar ese senador necesario en distintas formaciones. Unión del Pueblo Navarro, socio habitual de los populares, logró un asiento en la Cámara alta el pasado 23-J y Vox, aunque se quedó sin ningún escaño, cuenta con una senador por designación autonómica por Andalucía. De esta forma, los populares podrán presentar aquellas comisiones que deseen y su mayoría absoluta les garantice que después sean aprobadas a su paso por el pleno.

La obligación de comparecer

El control casi absoluto que podrá ejercer el PP en el Senado tendrá también como resultado que serán ellos quienes establezcan quién debe acudir a comparecer a cada comisión, sin necesidad de pactar con nadie la lista de nombres, algo que normalmente suele traer problemas. Además, según la ley orgánica 5/1984 de comparecencia ante las Comisiones de Investigación del Congreso y del Senado o de ambas Cámaras establece en su artículo primero que todos los ciudadanos están "obligados" a acudir si son citados. Aquello que no comparezca, según recoge el Código Penal en su artículo 502, "serán castigados como reos del delito de desobediencia".

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