El lehendakari tiene armado desde hace unos días el esqueleto principal de su discurso para el pleno de política general del Parlamento Vasco, que va a inaugurar de manera oficial el curso el jueves 22. La sesión llega con la legislatura ya en su ecuador, a dos años de que toque a su fin y, por tanto, su discurso va a tener mucho de balance pero, sobre todo, se centrará en reivindicar las medidas puestas en marcha en los últimos meses para afrontar la última crisis, la crisis de la subida de los precios y el suministro de la energía con motivo de la guerra en Ucrania. Urkullu va a poner en valor lo ya hecho. A la hora de anunciar sus planes a futuro en la acción gubernamental de los distintos departamentos, proyectará algunas actuaciones de las consejerías no solo para el próximo año, sino hasta el final del mandato.

La crisis energética va a marcar la acción de los distintos gobiernos en los próximos meses, y también se va a convertir en un argumento para la campaña de las elecciones municipales y forales de mayo. El lehendakari ya ha calificado este desafío por la guerra en Ucrania como una tormenta, debido al alza de precios en la cesta de la compra o la escasez de suministros, pero no quiere caer en el populismo en las medidas y, según fuentes de su entorno consultadas por este periódico, a la hora de decidir si habrá más y cuáles serían se guiará por “el rigor y la seriedad” y sin perder de vista que la cantidad de recursos públicos no es infinita.

¿Este discurso lo va a colocar en una posición de debilidad o menor iniciativa ante el presidente español, Pedro Sánchez, que anuncia constantemente nuevas medidas? Desde el entorno del lehendakari lo niegan y citan, por ejemplo, que el impacto económico de la principal medida vasca, la deflactación del IRPF y el paquete de actuaciones fiscales, asciende a 250 millones y supera el coste de una de las últimas medidas de Sánchez, la rebaja del IVA del 21% al 5% en el gas, que supone 200 millones en todo el Estado y, por lo tanto, sobre un Presupuesto y una recaudación muy superiores a la vasca. Por ello, defienden que se trata de la calidad y no de la cantidad de las medidas, y que se están asumiendo esfuerzos importantes.

No se oculta que Sánchez ha pulverizado las marcas si se suman el descuento en el carburante o los transportes públicos. Pero el Gobierno vasco también ha activado medidas complementarias como la ampliación de las ayudas de emergencia social de 900 a 1.500 euros al año para pagar la factura de la luz. Urkullu va a reivindicar lo ya hecho, en un contexto donde el margen no es infinito y se interpela además a Europa y la reforma del mercado eléctrico. La inflación se sitúa en el entorno del 10% y preocupa. El Gobierno vasco sí puede garantizar que los Presupuestos serán expansivos, y ha presentado un plan de contingencia energético con medidas a largo plazo.

Está previsto también que el lehendakari explique en el pleno los planes de los departamentos del Gobierno PNV-PSE para el próximo año, con el acento en ámbitos delicados como la salud y la actividad de los ambulatorios. Este debate se ha convertido en un potencial foco de desgaste por la problemática para contratar médicos de atención primaria, donde el Ejecutivo vasco ha solicitado una reflexión que excede de sus competencias para que en la Unión Europea se permita, por ejemplo, contratar a expertos extracomunitarios y se pueda paliar esta escasez.

Urkullu expondrá igualmente las medidas de apoyo a las empresas y con vistas al futuro expondrá sus planes no solo para el próximo año, sino que algunas actuaciones se extenderán con un horizonte hasta el final de la legislatura, teniendo en cuenta que le quedan dos años y se ha llegado al ecuador.

Desde su entorno dan por hecho también que el lehendakari aludirá a la necesidad de un más y mejor autogobierno, como lo recoge su pacto de gobierno con el PSE. Esta mención va a llegar en un momento en que persiste el bloqueo en la negociación de transferencias con el Gobierno español, donde el lehendakari exige que se constituyan los grupos de trabajo bilaterales para abordar cinco materias y que comiencen a producirse resultados este mes.

Autogobierno

Por otro lado, ya en anteriores ocasiones, el lehendakari ha dado su apoyo a la posibilidad de que los grupos parlamentarios retomen la Ponencia de Autogobierno, para alumbrar un nuevo estatus que amplíe el fondo competencial autonómico y establezca mecanismos de garantías y bilateralidad con el Estado que aseguren el cumplimiento de lo pactado, lo que evitaría situaciones de bloqueo y erosión como la que persiste en la actualidad.

El PNV ha realizado este llamamiento, pero meses después Andoni Ortuzar sigue sin ver agua en la piscina de la izquierda abertzale y de los socialistas. Urkullu se centra por ahora en cumplir el acuerdo PNV-PSE para que se transfieran las materias del Estatuto de Gernika, aunque cada vez disimula menos su “preocupación” por el bloqueo de los traspasos y los recursos judiciales contra leyes o transferencias vascas. De ahí que este punto también centre las miradas en el pleno del día 22.