Elecciones EEUU 2024

El cumpleaños más incómodo de Joe Biden

La edad se ha convertido en uno de los más pesados lastres en el intento del demócrata de lograr la reelección en noviembre de 2024, con permiso de la sensación de asfixia por la inflación, aunque esta baje

El presidente de EEUU, Joe Biden, durante una rueda de prensa esta semana en San Francisco.

El presidente de EEUU, Joe Biden, durante una rueda de prensa esta semana en San Francisco. / Reuters

Idoya Noain

Soplar 81 velas debería ser motivo de celebración pero no se anticipa mucha fiesta en casa de Joe Biden cuando este lunes el presidente de Estados Unidos celebre la onomástica. La edad se ha convertido en uno de los más pesados lastres en el intento del demócrata de lograr la reelección en noviembre de 2024, con permiso de la sensación de asfixia por la inflación, aunque esta baje. Por más que intenten con inútil esfuerzo minimizarlo el propio Biden, sus estrategas de campaña y las más altas instancias del Partido Demócrata, el "problema de la edad" es una incómoda realidad.

Sondeo tras sondeo ratifica lo que se palpa en las conversaciones con estadounidenses y en estudios de estrategas y encuestadores con grupos elegidos de votantes: hay dudas profundas sobre la oportunidad de que vuelva a presentarse quien ya ha sido el presidente de más edad de la historia del país que, de ganar de nuevo en 2024, tendría 82 años al iniciar su segundo mandato de cuatro años.

Esas encuestas y los 'focus group', además, van a algo más profundo que el mero número 81: en una encuesta reciente, donde el 71% decía verlo demasiado mayor, el 62% opinó que no tiene la agilidad mental para ser efectivo, algo que a la vez solo veían problemático el 44% cuando se les preguntaba por Donald Trump, que hasta junio del año que viene tiene 77 años y que en varias encuestas recientes aparece por delante de Biden en la mayoría de estados bisagra que se anticipan fundamentales en 2024. En un grupo de estudio entre votantes independientes, la primera frase que usaban para Biden era una combinación de "viejo", "cada vez más lento" e incluso "demencia" y "debilitado". 

El elefante en la habitación

Cada vez más voces destacadas poco sospechosas de ir contra el demócrata se atreven a hacer sonar en público alarmas. Hay ansiedad y, como ha dicho el estratega demócrata James Carville, "aprensión", creciente además porque se percibe una falta de entusiasmo y fracturas en la coalición que llevó a Biden a la Casa Blanca en 2020, desde por fuga de votantes de minorías hacia el Partido Republicano hasta por el desencanto de jóvenes y minorías con la política de apoyo inquebrantable a Israel pese a la tragedia humanitaria que ha desatado en Gaza. Y se acumulan las llamadas a que Biden se replantee su decisión de volver a presentarse, las que claman que cuando menos deje de ignorar el elefante en la habitación o las que imploran que por lo menos haya unas primarias, una carrera interna en la que por ahora solo enfrenta al congresista Dean Philips tras la decisión de Robert Kennedy Jr. de presentarse como independiente.

Son mensajes que el propio presidente y sus aliados no se toman bien. Cuando a principios de este mes David Axelrod, que fue asesor de Barack Obama, colgó en X un mensaje en el que decía que Biden tenía que tomar una decisión y plantearse si seguir en la carrera y ser el nominado "es sensato, si va en su interés o en el del país" Biden reaccionó llamándolo en privado "imbécil", según ha publicado la prensa. El portavoz de su campaña, Kevin Muñoz, se encargó de recordar que Axelrod dijo en 2011 que Obama estaba electoralmente acabado.

También andan irritados con Nate Silver, el especialista en estadísticas detrás de Fivethirtyeight.com, que ha escrito que "los demócratas estarían asumiendo un riesgo enorme reemplazando a Biden, pero también lo están asumiendo al nominarlo". "Si Biden no puede mantener el programa de un típico presidente que se presenta a la reelección, o es propenso a cometer errores" escribió Silver, "los votantes y los medios lo van a notar y llevará sus más de 80 años como una rémora alrededor del cuello".

Resistencia de Biden

Parte del problema que ven los expertos es que Biden y su equipo se han resistido a abordar de frente la cuestión. El presidente ha optado por hacer chistes inocentes sobre su edad, o por contestar a interrogantes con tono desafiante, retando a encontrar fallos en su actividad, sus viajes, sus logros legislativos... Según ha explicado Jonathan Martin en 'Politico', el presidente no ha encargado encuestas para identificar cómo tranquilizar a los votantes en esta cuestión, se queja con resentimiento ante las críticas y no quiere ni oír hablar de, por ejemplo, ponerse audífonos.

Con Trump como absoluto favorito para hacerse con la candidatura republicana pese al auge de Nikki Haley, además, el presidente, sus aliados y sus defensores buscan reforzar el argumento de que ya le ganó en 2020 y por tanto es el mejor preparado para volver a hacerlo en 2024. Tanto ellos como muchos medios están destacando más deslices y errores cometidos por Trump recientemente para tratar de señalar que la edad también le pasa factura a un candidato que, además, suma serios problemas legales. "Siempre elegiría 'me voy a la cama' antes que 'me voy a la cárcel'", decía en referencia a las imputaciones de Trump el senador demócrata John Fetterman.

El peor escenario

Nada puede evitar que la edad de Biden siga siendo un elemento central del debate político entre los demócratas, en el que se plantean escenarios que asustan a muchos. Se está agotando el plazo para que se presenten potenciales rivales de primarias. Los números de aprobación de la vicepresidenta Kamala Harris, que sería la heredera política natural en caso de que no pudiera acabar la carrera, son peores que los de Biden.

Qué pasaría entonces es un interrogante mayúsculo. Se barajan nombres potenciales que podrían ser una alternativa a Harris, como el del gobernador de California, Gavin Newsom; la de Michigan, Gretchen Whitmer; o el secretario de Transporte, Pete Buttitieg. Son solo especulaciones, pero hay una certeza en este momento, que expresaba a 'Politico' desde el anonimato un miembro del Comité Nacional Demócrata: "Sería irresponsable que no estuviéramos preocupados".

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