Acceso a chats para perseguir el 'grooming'

Interior promueve que la UE obligue a las redes sociales a colaborar con la Justicia

Las fuerzas de seguridad de la UE están encontrando dificultades en sus requisitorias para saber qué le ha dicho un delincuente a su víctima o a un cómplice a través de plataformas

Un policía nacional revisa los mensajes de un caso de sextorsion.

Un policía nacional revisa los mensajes de un caso de sextorsion. / EFE

Juan José Fernández

"Vamos tarde", considera un mando de las Fuerzas de Seguridad experto en cibercrimen. Y no es -sólo- una percepción subjetiva de la prisa política con la que, en materia de delincuencia online, ha llegado España a la presidencia del Consejo Europeo. Interior quiere aprovecharla para empujar a un acuerdo europeo para hacer más accesibles a policías, fiscales y jueces las comunicaciones a través de mensajería telefónica y redes sociales.

Las fuerzas de seguridad de la UE están encontrando dificultades en sus requisitorias para saber qué le ha dicho un delincuente a su víctima o a un cómplice a través de plataformas... si estas tienen su sede central fuera de Europa. "A esas empresas les reprochamos: 'Muchos delitos se cometen en tu casa, pero cuando yo llamo a tu puerta no me abres'", explica un alto ejecutivo del equipo del ministro Fernando Grande-Marlaska.

Pese a no citarlas, la alusión es directa a gigantes como Meta (matriz de Facebook, Whatsapp e Instagram con sede en California), Alphabet (matriz de Google, también con sede en California) o Telegram (mensajería instantánea de origen ruso y ahora con sede en Dubái). Y esa reclamación contra la puerta cerrada, que resume todo el problema desde el punto de vista securitario, fue tema del último consejo JAI de ministros de Justicia e Interior, celebrado en Logroño el 20 y el 21 de julio, y lo será del que se celebre a finales de septiembre en Bruselas.

Delito gravísimo

Entre tanto, este 25 de agosto entra en vigor en el territorio de la UE una nueva restricción a las redes sociales en virtud de la Ley de Servicios Digitales, que impondrá a las grandes plataformas la obligación de implicarse contra la desinformación y de explicar por qué sus algoritmos recomiendan ciertos contenidos a ciertos usuarios.

Pero esa es otra batalla. De lo que hablan ahora los titulares de Interior no es de guerra híbrida y cognitiva sino de delito puro y duro. El que cometen, sobre todo, los agresores sexuales a través de internet.

A., víctima de ciberacoso sexual, con su madre en su casa de Santa Coloma de Farners en 2011.

A., víctima de ciberacoso sexual, con su madre en su casa de Santa Coloma de Farners en 2011. / DAVID BORRAT

Para promover la reforma legislativa, los ministerios del Interior europeos muestran la cara más oscura y sucia del cibercrimen: el 'grooming' (en castellano engaño pederasta, el que lleva a cabo un adulto para ganarse la confianza de un menor y agredirlo sexualmente). El ataque sexual a niños y niñas va en aumento. Una "estimación" del Consejo de Europa considera que un 20% de menores del continente se cruza con un agresor sexual en la red, tiene relatado la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson.

La eurocomisaria muestra además otra luz de alarma: un estudio de la Universidad de Swansea (Reino Unido) que desde 2016 asegura que un ciberagresor sexual tarda de media solo 18 minutos en captar la atención de un niño elegido como víctima.

Archivar conversaciones

En el programa de la Presidencia Europea 2023, en el capítulo dedicado a Interior, el Gobierno español incluye este compromiso: "La Presidencia avanzará en la negociación de los expedientes legislativos en marcha, como (…) el Reglamento de lucha contra el abuso sexual infantil online".

En Logroño, Marlaska y sus homólogos hablaron de "un nuevo marco jurídico europeo sobre conservación y acceso a los datos de comunicaciones electrónicas", difundió Interior. El objetivo es "alcanzar el equilibrio entre la garantía de los derechos fundamentales y la necesidad de dotar a los cuerpos policiales de herramientas jurídicas y operativas para perseguir el delito en el marco de investigaciones en la lucha contra el crimen organizado, y en casos de tanta gravedad como el abuso sexual online", dijo el ministro en rueda de prensa posterior al consejo JAI.

"Es urgente alcanzar un acuerdo equilibrado y eficaz", insiste la fuente de Interior apuntando hacia una reforma técnica de las plataformas que podría exigirse por ley: "Si los datos son fugaces, incluso instantáneos, y no se retienen, las fuerzas policiales carecen de información sobre la que investigar y trabajar".

Y esa es una clave de la discusión. "Nadie está poniendo en cuestión el cifrado de extremo a extremo -dice para salir al paso de temores sobre un control de Whatsapp-. Se trata de que, como en cualquier otro caso de delito, existan herramientas jurídicas que permitan investigar".

Alude a casos como el de Amazon, que "ni ha contestado" a requerimientos policiales en Europa. "No pueden ser plataformas opacas ante la Justicia", lamenta.

En Logroño, la eurocomisaria Johansson lo matizó: "Hasta ahora las plataformas colaboran. Lo hacen porque quieren y según la legislación norteamericana. Se trata de que lo hagan según una ley propia que se dé Europa".

Recelo en los escaños

El ala securitaria de Europa, los ministros del Interior, esgrime el 'grooming' por la unánime indignación que levanta, el delito que menos reparos morales levanta en su persecución. Pero en el Parlamento Europeo no faltan las reticencias, ni quienes ven en peligro la privacidad de las comunicaciones. "En esta Cámara hay una muy enraizada sensibilidad por los derechos y la privacidad de los ciudadanos", admite el exministro socialista de Justicia Juan Fernando López Aguilar, presidente de la comisión LIBE, el foro de Libertades Civiles del europarlamento.

De izquierda a derecha, el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la eurocomisaria de Interior, Ylva Johansson, y el presidente de la Comisión LIBE de la eurocámara, Juan Fernando López Aguilarz, en Logroño el pasado 20 de julio.

De izquierda a derecha, el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la eurocomisaria de Interior, Ylva Johansson, y el presidente de la Comisión LIBE de la eurocámara, Juan Fernando López Aguilarz, en Logroño el pasado 20 de julio. / EFE

La presidencia española de la Unión está apoyando los trabajos del Grupo de Alto Nivel sobre el Acceso a los Datos, que nació bajo la presidencia sueca. Ese grupo sienta a expertos policiales, juristas, representantes del sector tecnológico, de las agencias de protección de datos y de la universidad.

Se espera que sus propuestas se debatan este otoño. Hay prisa: en enero llega la siguiente presidencia, el turno belga, con apenas tres meses de efectividad, pues en abril comenzará a mirar la eurocámara a las próximas elecciones europeas y no se espera gran actividad legislativa. Y después, en julio del 24, llega la presidencia de la euroescéptica Hungría.

López Aguilar matiza el clamor policial: "Los ministerios de Interior y las policías tienen todo el cuerpo legal disponible para realizar intervenciones -dice-. Otra cosa es el avance de las tecnologías. Es lógico que se quejen por lo vertiginoso con que avanzan, de manera que cuando está aprobada una nueva regulación, ya hay que revisarla porque en ese tiempo ha habido avances significativos en la tecnología".

Líneas rojas

En general, la actual composición del Parlamento Europeo se inclina por poner cotos a la intervención policial: la retención de datos por autoridades en la UE no puede ser ni indiscriminada, ni discrecional, ni en masa, y ha de estar limitada en el tiempo. Esas son las líneas rojas.

El debate entre seguridad y libertad se refleja desde hace 21 años en la directiva ePrivacy de la UE. "Las Fuerzas de Seguridad se quejan del desarrollo vertiginoso de las tecnologías y de que la respuesta legal tarda en llegar -admite el presidente de la comisión Libe-, pero es que en la UE los procedimientos legislativos son complejos. En la UE no se funciona por decreto ley que se convalide en 30 días, como en España".

López Aguilar matiza: "Mire, la responsabilidad penal nunca se dilucida en abstracto. Las operadoras están obligadas a designar un representante en Europa, y la obstrucción a la justicia es un principio penal totalmente vigente". En cualquier caso, "la seguridad también se considera un derecho", sentencia.

Se avecina un nuevo pulso entre seguridad y libertad en Europa, mientras no decae la actividad de lobby de las grandes plataformas. Esas de las que dicen los policías que no les abren la puerta cuando llaman, deambulan por los pasillos de la "urocámara. Aparecieron en 2015, a raíz de la firma del Tratado de Lisboa y de una primera base legal europea para la protección de datos, y desde entonces no han tenido razones parar irse.

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