La respuesta es más compleja de lo que parece. Este viernes el barco humanitario Ocean Viking ha atracado en el puerto francés de Tolón y este desenlace viene con un duro enfrentamiento de consecuencias imprevisibles entre dos fundadores de la Unión Europea (UE), Italia y Francia, país que el jueves aceptó recibir a los 200 migrantes a bordo de la nave después de que Roma provocara una crisis al negarse a acogerlos. En represalia, Francia ha anunciado consecuencias para la relación de Roma con París y con la UE. Una pugna que vuelve a poner de actualidad la desunión del bloque para aplicar una política migratoria única y consensuada.
Todo ello ocurre en un momento muy delicado para los Veintisiete, cuando acaba de asumir el poder el Gobierno de la ultraderechista de Giorgia Meloni que, junto con fuerzas nacionalistas europeas en alza, ponen énfasis en la retórica de "la invasión de migrantes" para sacar rédito electoral. Existe ya el temor de que Meloni intente utilizar este tema para hacer estallar un conflicto de grandes dimensiones en el seno de la UE.
La solidaridad europea
Francia asegura que Italia ha ignorado la solidaridad europea. En palabras simples, esto significa que, en estos años, Bruselas ha pagado a Italia por su ser uno de los países más expuestos geográficamente a la inmigración procedente de África, de manera que se encargue de gestionar el fenómeno. En concreto, Italia se ha beneficiado de una ayuda europea de 1.044 millones de euros desde 2015 hasta 2021. Es una cifra, como muestran datos que ha analizado este diario, que ha crecido con el paso de los años y que procede básicamente de dos fondos: el Fondo de Asilo, Migración e Integración y el Fondo de Seguridad Interior.
Esta es la razón del reproche del ministro de Interior francés, Gerald Darmanin, quien, al anunciar la decisión de Francia de acoger a los 234 migrantes del Ocean Viking, arremetió contra Italia con un lenguaje burocrático pero firme. Afirmó que Italia ha ignorado "la solidaridad europea y sus compromisos", lo que puede tener "consecuencias muy fuertes en la relación bilateral [entre Francia e Italia] y en la relación entre la UE y el Gobierno italiano".
Posible aislamiento de Italia
La actual crisis podría acabar derivando en un aislamiento de Italia en el seno de la UE. Darmanin ha puesto en discusión las ayudas que Italia recibe de Bruselas. Es más, el ministro francés incluso anunció una posible reunión de Francia, Alemania y la Comisión Europea, y dijo que ahora "hay que organizar las cosas de otra manera para que Italia no pueda aprovecharse de la solidaridad siendo ella misma egoísta".
Otras represalias anunciadas por Francia han sido la amenaza de suspensión de su participación en el programa de reubicación de migrantes que llegan a Italia, y el envío de 500 agentes a su frontera con el país transalpino. Además, París también ha pedido a Alemania ponerse de su lado. Aún así, habrá que esperar para conocer los pasos diplomáticos de Italia y también habrá que entender si Francia querrá cumplir con sus amenazas, o si se trata de un enfrentamiento extemporáneo que será resuelto en los próximos días. Antonio Tajani, el actual ministro de Exteriores de Italia y expresidente del Parlamento europeo, se ha mostrado como uno de los posibles interlocutores en esta crisis.
Meloni ha calificado este jueves de "agresiva", "incomprensible" y "desproporcionada" la reacción de Francia. La primera ministra italiana ha puesto sobre la mesa las cifras de migrantes que acoge su país frente a las del país vecino y ha insistido en reclamar un cambio en la política migratoria europea. "No creo que tengamos que discutir cada vez con Francia, Grecia, España... La única solución común, y lo hablé con Macron, Alemania y la UE, es la defensa de las fronteras exteriores de la UE, bloqueando las salidas, abriendo centros", ha añadido.
Aumento de llegadas de migrantes
De acuerdo con cifras del Ministerio de Interior italiano actualizadas este jueves 10 de noviembre, el país transalpino recibió 30.780 migrantes en 2020, 57.458 en 2021 y 89.826 en lo que va de 2022. Esto significa que la cifra se ha triplicado en apenas tres años. Los datos son similares a los de la agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), actualizados al 6 de noviembre y según los cuales Roma ya ha recibido este año un total de 86.810 migrantes, tres veces más que España (28.899), y también más que Grecia (13.719), Malta (314) y Chipre (3.516). Datos que hacen reflexionar ya que la ruta hacia Italia ha crecido en un año en el que la guerra en Ucrania ha agravado la crisis alimentaria y el país transalpino ha celebrado unas elecciones que han llevado la ultraderecha al poder.
Aún así Italia no es hoy el primer país por número de solicitantes de asilo, que encabeza Alemania (232.000 personas), seguida por Francia (82.000), Reino Unido (83.000) y España (91.000), según datos de ACNUR y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Mecanismo de reparto atascado
Un problema real es que no funciona el mecanismo de reparto pactado por los países europeos para reubicar a los migrantes que recibe Italia. Como señaló el ministro de Interior italiano, Matteo Piantedosi, solo 13 países se comprometieron a recibir este año unos 8.000 migrantes llegados a Italia. Y, de estos, a día de hoy, solo fueron reubicados la nimiedad de 117. Además de ello, Italia, junto con el resto de los países del Med5 (entre los que está España), ha manifestado su inconformidad por la atascada reforma del Convenio de Dublín y por la falta de avances en las negociaciones para mejorar el Pacto Europeo sobre Migración y Asilo.
El papel de las oenegés
¿Por qué el Gobierno italiano carga las tintas contra las oenegés, cuando estas solo rescatan al 16% de los migrantes? Es la gran incógnita, que plantea a su vez otros interrogantes: ¿Quién se beneficia de esta crisis? ¿Por qué Italia la hace estallar ahora? De hecho, en lo que va del año los países del sur de Europa, han recibido un total de 126.408 migrantes llegados vía mar. Una cifra en línea con otros años y mucho más baja que los 1.032.408 que estos países recibieron por tierra y mar en 2015, año de la última gran ola.
Sí es cierto que, este año, Italia ha recibido migrantes que han zarpado de todos los países africanos del Mediterráneo central (Argelia, Túnez, Libia y Egipto), según datos de ACNUR. Pero, aún así, solo el 16% de los migrantes fue rescatado por oenegés en los primeros seis meses de este año, un dato similar al de 2021 (15,5%). El resto han sido salvados por barcos del Gobierno italiano y, en menor cantidad, han llegado solos a las costas italianas.
