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Turismo en Ibiza: un verano sin apenas conflictos en los aviones ni denuncias a pasajeros

La recuperación del turismo masivo no ha traído más disturbios en los vuelos. AESA registra dos sanciones en el aeropuerto de Palma y otras dos en Ibiza

Con la pandemia otro motivo de disputa a bordo del avión pasó a ser el uso de mascarillas. | DM

Sorprendentemente, ha regresado el turismo masivo a los aeropuertos sin que haya derivado en la recuperación de los conflictos a bordo de los aviones. Según la estadística de pasajeros disruptivos que elabora la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA), apenas se han registrado hasta agosto 51 sanciones en los aeródromos españoles, dos de ellas en el de Palma y otras dos en Ibiza.

Este registro está muy lejos del reportado el año pasado, cuando solo hasta julio el aeropuerto de Ibiza ya acumulaba 22 sanciones y Son Sant Joan, 27. Por aquellas fechas, en el conjunto de los aeródromos las denuncias ascendían a 238. Generalmente los aeropuertos de Palma y de Ibiza se encontraban entre los primeros en esta deshonrosa clasificación en la que se contabilizan las denuncias por comportamientos que pueden llegar a poner en riesgo la seguridad aérea por conductas conflictivas, en la mayoría de los casos ligadas a un consumo de alcohol excesivo.

El panorama recuerda al primer verano de la pandemia, solo que entonces se podía relacionar con una caída en picado del tráfico de pasajeros.

Así las cosas, este 2022, con la reactivación del turismo y un Son Sant Joan repleto de pasajeros -hasta agosto ya se han registrado casi 20 millones según las estadísticas de AENA, apenas un 5% menos que antes de la pandemia-, la AESA solo da cuenta de dos sanciones impuestas a viajeros en el aeropuerto de Palma, correspondientes a dos pasajeros alemanes, atendiendo al origen de los vuelos.

Igualmente en el aeropuerto de Ibiza la conflictividad a bordo de los aviones se reduce a dos sanciones a dos pasajeros españoles, cuando el año pasado, hasta julio, ya se contabilizaban 22 denuncias. Y en el aeródromo menorquín no ha habido ningún incidente con viajeros, según la estadística de la AESA.

A nivel global, la agencia reporta 51 sanciones a pasajeros disruptivos. La mayoría se produjeron en marzo (17) y en agosto (otras 17), mientras que en julio, el otro mes de turismo masivo, solo hubo 5 denuncias.

Los españoles, los más alborotadores

Las peleas durante los vuelos se suelen concentrar en los aeropuertos del Mediterráneo y casi siempre son los británicos los que más conflictos provocan. Para muestra, la reciente sentencia de diez meses de cárcel a un joven que ebrio y drogado arrancó un trozo de oreja a otro viajero en un vuelo entre Birmingham y Palma y que también causó lesiones a tres agentes de la Guardia Civil que trataban de poner fin a la agresión.

No obstante, este 2022 los que encabezan la estadística de las sanciones son los españoles, con 26 sanciones, y por detrás se sitúan los alemanes, con cuatro, y los italianos y letones, con tres. Por contra, solo se ha denunciado a un viajero británico.

Los alborotos o los conflictos por fumar en el avión, los más comunes que acarrean denuncias, pueden saldarse con una multa máxima de 5.000 euros y si por la gravedad de los hechos se llega a interrumpir el vuelo, el pasajero deberá correr con el gasto del desvío de la aeronave.

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