La lectura de libros acompaña a muchas personas en sus momentos de descanso. La novela, el ensayo o la biografía son algunos de los géneros que se pueden encontrar en cualquier librería que el lector decida pisar. Responsables de varios puntos de venta de libros de Ibiza consideran los formatos de papel y digital se compaginan. Incluso apuntan que la aparición de la lectura electrónica no les ha afectado demasiado.
«El libro digital no ha hecho tanto daño como se pensaba. Muchos clientes son fieles al tacto y a su olor, algo que un dispositivo no te permite tener», confirma Jesús Navarro, fundador de la Librería El Quijote de Sant Antoni, quien comenta que desde la pandemia hay más lectores. «El libro en papel sigue teniendo una importancia muy reseñable. Creemos que el debate digital-papel está superado, ya que las obras en físico se han impuesto.
Además, la gente que acostumbra a leer en digital se armoniza entre los dos formatos y si les gusta la obra, la compran en papel», afirma Jean Pierre Quiroz, trabajador de la Librería Hipérbole. Estas dos librerías consideran que desde el confinamiento, el número de lectores se ha visto incrementado entre un 30% y un 40%.
En la librería Sa Cultural tiene una importante variedad de secciones. Desde el confinamiento notan que la venta ha aumentado y lo que a ellos les gusta es proponer lecturas a sus clientes. «Se están vendiendo muchos libros. Nosotros recomendamos, más que nada, que es lo que nos gusta. Por ejemplo, la saga ‘Heartstoppers’ es uno de los que le comentamos a los adolescentes. Otra obra es ‘La isla de coral’, con la que se puede aprender a sentir la literatura de manera diferente», comenta Pedro González, trabajador en esta librería.
Los negocios dedicados a los libros suelen notar una mayor carga de trabajo en épocas puntuales, muy concretas. Los trabajadores afirman que durante el invierno, con la Navidad y en Sant Jordi o durante el inicio de curso, con los libros que mandan a leer a los estudiantes, son tres de los momentos de más afluencia de clientes.
Los libreros consideran que su futuro está asegurado, por el momento. En general, el negocio de la venta de libros funciona. Tal y como Vicent Marí indica, «no ha pasado lo mismo que con los CD, que se han sustituido por plataformas digitales».
«En un tiempo muy lejano igual sí que [las librerías] se ven afectadas, pero en el corto plazo [su futuro] está asegurado. La lectura en los colegios e institutos puede dar pie a que en el futuro se mantengan. Para mí es una maravilla cuando me dicen que hay niños que se leen un libro a la semana», destaca Navarro.
