El conseller balear de Medio Ambiente, Miquel Mir, ha declarado esta mañana en el Parlament balear la necesidad de que la Autoridad Portuaria de Baleares ponga en marcha en el puerto de Ibiza una zona de cuarentena para evitar la entrada de serpientes en las islas, sobre todo en árboles ornamentales. En respuesta a una pregunta de la diputada del PP Virginia Marí, Mir ha recordado que la Autoridad Portuaria está trabajando en el nuevo plan especial del puerto y que todavía no ha salido a exposición pública. «Esperaremos a que se produzca, miraremos el contenido y haremos las aportaciones que consideremos», ha dicho Mir, que también ha explicado que ya se han mantenido cuatro reuniones con el órgano gestor del puerto de Ibiza, en las que también han participado en alguna de ellas los consells pitiusos, y se ha abordado esta cuestión, no sólo en Ibiza sino también en el puerto de Mallorca.
La diputada del PP ha destacado que el «grave problema» de la invasión de ofidios en Ibiza «sigue creciendo» hasta el punto de que ya aparecen en zonas donde «no se habían visto», como en la zona de Ca n’Escandell en la ciudad de Ibiza y en el Parque Natural de ses Salines. También ha recordado que en enero de 2021 el departamento de Medio Ambiente del Consell de Ibiza ya envió un informe técnico a la conselleria balear «reclamando con urgencia esta zona de cuarentena». Marí ha dicho que no sólo es necesario la implantación de esta medida en Ibiza, sino que también se debería hacer «en los puertos de origen».
En su respuesta, Mir ha indicado que no sólo se insistirá en la puesta en marcha de esta zona de cuarentena en la isla de Ibiza, también se hará lo mismo en «hallar los mecanismos jurídicos y legales del Gobierno de España para que se controlen también los puertos de origen, sobre todo los de árboles ornamentales, que son los causantes de la llegada de serpientes».
También ha dicho que si en el año 2004, «cuando se identificó la entrada de ofidios en Ibiza, se hubiera empezado a actuar el problema no tendría esta magnitud». «Lo digo como una crítica constructiva», ha puntualizado, al tiempo que ha explicado que desde 2016, con los últimos gobiernos progresistas, se ha pasado de una a ocho personas que trabajan exclusivamente en Ibiza en el control de la invasión de serpientes y se ha pasado de 300 a 2.000 jaulas propias, con un trabajo de colaboración con el colectivo de los cazadores y el Consell.
