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Neobookings: el motor de reservas que nació en Ibiza en un cuarto de coser

José María Ramón es el CEO de la empresa

Neobookings: el motor de reservas que nació en Ibiza en un cuarto de coser

Neobookings: el motor de reservas que nació en Ibiza en un cuarto de coser José Miguel L. Romero

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Neobookings: el motor de reservas que nació en Ibiza en un cuarto de coser José Miguel L. Romero

Neobookings, que este año celebra su 20º aniversario, trabaja para 560 hoteles, peninsulares y pitiusos, tiene sede en Barcelona y en Ibiza y cuenta con 25 empleados. Es una empresa fundada de la nada, ladrillo a ladrillo, por el ibicenco José María Ramón cuando tenía 24 años y acababa de finalizar su carrera de Informático y un máster. Su primer trabajo en la isla fue montar ordenadores, pero él quería diseñar páginas web tras descubrir, en 1995, Internet. Empujado por un profesor de un curso sobre creación de empresas, fundó la suya con 3.000 euros que le dejaron sus padres. Él sólo tenía 20 euros, que destinó a unas tarjetas de visita que, en marzo de 2002, fue metiendo bajo las puertas de todos los hoteles de Ibiza… que estaban cerrados. El primero en llamar fue el Orosol, luego el Tropical, donde había trabajado su padre, Pepe. Hizo la web del Consistorio de Sant Antoni por «placer», pues era terrible la que había.  

Pero de hacer páginas webs pasó a algo más creativo: «Yo quería solucionar problemas. Un hotel me dijo que pasaban demasiado tiempo respondiendo correos electrónicos en los que les preguntaban por tarifas, devoluciones…». Creó un programa que calculaba precios y resolvió parte del problema: «Ahí empezó a gestarse el motor de reservas de Neobookings», señala. 

Su primera versión fue para el primer portal de alquiler de viviendas turísticas que había en el momento (Eco Ibiza). Coincidió con un año crucial, 2002, cuando muchos turoperadores dejaron de dar garantías a los hoteleros: «Los empresarios estaban perdidos, siempre habían dependido de esas garantías y ahora no sabían qué hacer. Habían oído hablar de Internet. Su desconocimiento era total». Y él era «el chico de Internet», como le llamaban. Empezaba la venta directa, un hito en la historia del turismo pitiuso.

Hasta entonces sólo era él. No daba abasto, así que llamó a su amigo de Universidad Víctor Pont, que vivía en Polonia, casado y con hijos. ¿Iba a dejar de residir allí, en un país «barato», cuando Ramón sólo le ofrecía 500 euros de sueldo por trabajar los siete días de la semana? Pues sí. «Confía», le dijo. Confió. Tardaron dos años en que la maquinaria de Neobookings diera resultados. Y le hizo socio, al 50%. Hay un tercer socio ahora, Raúl Blanco, que se encargó de abrir la sucursal de Barcelona: primero en un pequeño local, luego en una exoficina de la Caixa, al final, en un antiguo supermercado de 400 metros cuadrados. Pasaron de tres a 25 empleados en pocos años.

«No quiero ser el motor de búsqueda más grande. Sólo quiero crear, innovar, ayudar. No soy fan de las empresas que sólo piensan en crecer, pero no nos podemos quedar parados. Este mundo es ultra competitivo» señala, si bien recuerda que sólo hay 10 empresas como la suya en este país. «El mejor regalo que me da esto es cuando las empresas confían en mí año tras año». Se emociona al decirlo. No es para menos: ha pasado de emprender una empresa en la sala de costura de su madre a ayudar a gestionar al 60% de los hoteles pitiusos, a celebrar jornadas sobre turismo y a tener un estand propio en Fitur presidido por una imagen enorme de es Vedrà.

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