Un test de antígenos es un pieza codiciadísima, casi como si fuera el Santo Grial. Así lo explica Juan, un atribulado portmanyí que ha rastreado todas las farmacias de su pueblo y que, tras fracasar en su última intentona en la farmacia Puget, explica que conducirá hasta Vila para encontrar uno: «Aunque no creo que tenga demasiada suerte», lamenta.
«Los últimos se nos terminaron el viernes pasado», confirma Victoria Ibáñez, de la farmacia Puget. «Nos llegó un pedido de 45 cajas de cinco test y otros 60 test individuales, y los vendimos en tres días». En las dos horas que lleva detrás del mostrador ya han acudido 15 personas interesándose por una prueba de antígenos, pero hasta dentro de dos semanas no podrán satisfacer esta demanda: «Tenemos pedidas 45 cajas, pero no llegarán hasta principios de enero».
Una historia que se repite en prácticamente todas las farmacias consultadas y que confirma la presidenta de la Junta Insular pitiusa del Colegio de Farmacéuticos de Balears, Mónica Marí: «Casi ya no quedan en toda la isla. Es algo que también se repite en el resto de España». Marí explica que las farmacias de las Pitiusas realizan los pedidos por dos vías, a través de una cooperativa que ofrece servicio a las Balears o a través de proveedores directos. En ambas vías, la sobredemanda ha saturado el servicio.
«En una semana hemos cuadriplicado el número de test de antígenos que vendimos en todo el mes de noviembre», explica Marí, cuya farmacia está situada en la avenida Espanya de Vila. «Pensábamos que podríamos cubrir la demanda hasta finales de año, pero se nos terminaron el pasado lunes. No hay individuales ni cajas de cinco. Ni de saliva ni test nasales. No hay existencias».
Los últimos que quedan
Quedan pocas, aunque por poco tiempo. Una de las farmacias que ayer todavía disponía de test de antígenos a la venta era la de Ignacio de la Cueva, situada en Vila. «Ayer [por anteayer] nos llegó un pedido. Los tests individuales se nos han acabado en 24 horas, pero todavía quedan algunas cajas de cinco unidades», comenta Carolina Ballester, farmacéutica adjunta. «Y cuando se agote este pedido tardaremos en volver a tener, porque los proveedores ya han dicho que no hay», insiste.
Ballester señala que, a causa de la demanda, los distribuidores fragmentan los pedidos. También explica que esta coyuntura ha provocado una alza de los precios: «La cantidad que nos cobran prácticamente se ha duplicado». En todas las farmacias consultadas, el precio del test individual bascula entre los 6 y 8 euros, y la caja de cinco entre los 25 y los 30 euros.
«Me quedan un par y seguro que las termino de vender hoy mismo», explica Marina Mayans de la farmacia Mayans, en Sant Ferran de Formentera. Hace dos días recibió un pedido de 40 cajas de cinco unidades y 30 test individuales. La historia que nos cuenta es la misma que ya hemos escuchado de labios de otros farmacéuticos: «Las cajas de cinco se agotaron en 24 horas y no se cuándo volveremos a tener».
Mayans señala que la inminencia de las fiestas navideñas más la llegada de la variante ómicron, han provocado un pico de demanda que nadie vio venir: «Ahora regresan a Formentera muchos jóvenes que estudian en la península, y quieren hacerse el test para saber si pueden estar en la cena del día 24».
Una dinámica que confirma Jaume Joan, de la farmacia Mercat Vell de Vila: «En una hora y media ya me han pedido estos tests 30 personas. Son gente que se va de viaje, o que acoge invitados en casa y que está asustada. Teníamos tests de sobra, pero nos hemos quedado sin nada».
