La experiencia de Loli, Toni y Silvia, tres jóvenes que sufren autismo, sirvió ayer de ejemplo para explicar la función de Amadiba (Asociación de Madres y Padres de Personas con Discapacidad de Balears) en Ibiza. Esta tarde, el Centro Cultural de Jesús acoge la última jornada de este encuentro, orientada a que los padres y profesionales aprendan a convivir mejor con esta realidad.
«Cuando entré en Amadiba era muy rebelde, sobre todo con mi familia, y ahora ya me estoy aplicando bastante», contó Loli, que lleva cuatro años en la entidad. Silvia, que también pertenece a Amadiba desde hace cuatro años, entró en la misma por su carácter. «Antes era más agresiva y necesitaba ayuda profesional», detalló la joven ibicenca. Además, la asociación hace que los jóvenes sean más independientes, como en el caso de Toni, quien aseguró que «gracias a actividades como el bingo o los paseos con amigos» es más autosuficiente.
En la presentación de estas jornadas, Elvira Jiménez, presidenta de Amadiba, presentó el nuevo libro de la entidad, «en honor a las familias que lucharon y dignificaron la vida de las personas afectadas por trastornos como el autismo», indicó la presidenta. Además, Jiménez destacó que en esta obra se recogen testimonios de voluntarios y personas que han ayudado a que Amadiba avance.
Las emociones de decenas de personas se pusieron a flor de piel cuando Viviana Agüero, la madre de Matías, un pequeño de cinco años que sufre autismo, subió al escenario y contó su experiencia. «El embarazo fue normal y sin complicaciones, salvo que Matías salió por cesárea. Cuando comencé a ver que otros niños evolucionaban más rápido que él, fue cuando me di cuenta de que algo pasaba», explicó la madre del menor.
«El primer diagnóstico fue como un jarro de agua fría, me frustré mucho y me puse en manos de profesionales», comentó Viviana emocionada. Según explicó la madre, lo que más le cuesta al pequeño son los cambios. A pesar de ello, aseguró que el niño «ha avanzado mucho cuando se trata de acatar órdenes».
Juan Pedro Arjona, psicólogo del Área Técnica de Amadiba, tomó la palabra para explicar que el autismo «es un tratorno neurológico que afecta de forma diferente a cada persona». Además, también dio algunas herramientas para guiar a las familias de las personas afectadas.
Arjona detalló que, ante los difentes estímulos, no todos los autistas procesan la información igual. «Hay tres grados de autismo y conocer en cuál está cada persona es importante para saber cómo debemos apoyar a cada uno», agregó el psicólogo.
Trastornos convulsivos
La proyección de un vídeo en el que se veía la vida desde los ojos de una persona autista sirvió de ejemplo para que los asistentes se hicieran una ligera idea. Tras esto, el psicólogo ofreció una serie de estrategias para actuar ante una persona que tenga una crisis convulsiva.
«Es importante que nos anticipemos a la situación, observemos a la persona y nos adaptemos. Lo que para nosotros puede ser gratificante para él puede ser un mal trago», indicó el psicólogo. «Hoy en día, el 12% de los niños con autismo y el 26% de los adultos sufren trastornos convulsivos. Para combatirlo, es muy importante llevar una serie de hábitos, como la higiene del sueño o controlar los estímulos», agregó el experto.
Finalmente, Arjona concluyó su intervención reflexionando sobre la necesidad de que los chicos con autismo lleven a cabo actividades útiles para su día a día.
Una ponencia a cargo de Claudia Pastor puso el broche final al congreso, en el que se reflexionó sobre la nueva ley de tutela y otras cuestiones legales que afectan a las personas con discapacidad.
