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Violencia machista - Oficina de atención a las víctimas del delito

Así atrapa un maltratador a una mujer en la violencia

El proceso por el cual el agresor crea una nociva dependencia a su víctima es largo, lento y complejo

Carteles en el edificio de los juzgados, junto a la Oficina de Atención a las Víctimas. | VICENT MARÍ

El delito de la violencia de género es difícil de entender desde fuera. La incomprensión hacia las víctimas, hacia por qué siguen junto a su maltratador y hasta le justifican y se culpan a ellas mismas, agrava su situación, pues las paraliza aún más a la hora de plantearse posibles salidas.

La psicóloga Mari Lina Ribas, de la Oficina de Atención a las Víctimas del Delito en Ibiza, señala que «la violencia física la entiende todo el mundo, pero la violencia psicológica es la más difícil de demostrar». Así explica esta experta el proceso por el cual la mujer se va metiendo en un laberinto, empujada por su maltratador, hasta que no es capaz de hallar una salida a la violencia que sufre:

«A veces la dependencia emocional que crean estos hombres a las mujeres, a través de un procedimiento muy lento y largo, provoca que ellas no se identifiquen como víctimas de violencia y que crean que la culpa la tienen ellas. Si te pasas la vida diciéndole a un niño pequeño ‘eres tonto’, crecerá creyendo que es tonto. Si este hombre se pasa la vida diciendo que la culpa es tuya porque ‘no tenías la casa arreglada, si no haces otra cosa, me pones nervioso...’ la mujer entonces intenta estrategias frente a un mismo tipo de comportamiento, pide ayuda externa, le dice ‘vamos a un psicólogo, voy yo al médico porque lo mismo soy yo la que está un poco deprimida y no sabe cómo tratarlo, voy a intentar que hable con su padre para ver si consigue que deje de beber, me voy a ir a casa de mi madre; y es cuando él viene y dice amor mío, yo sin ti no soy nada...’. Aparece el círculo de la violencia, la mujer piensa ‘este es el hombre del que yo me enamoré, existe, entonces si yo soy más lista, más flaca, más gorda, más inteligente más graciosa o lo que sea, él cambiará por mí. Porque el amor todo lo puede, y entonces sigue estando en mis manos que él cambie’. Lo que no entienden las mujeres es que él no va a cambiar. Psicológicamente se van desgastando y cada día escuchan ‘es que no haces nada bien…’, la autoestima se va, la capacidad de decisión desaparece, la claridad para ver el mundo tampoco la tienen, porque ellos ya se encargan de cortarles cualquier vínculo con el exterior. Nos encontramos con personas que no saben para dónde tirar. Un ejemplo: una mujer me contó que después de conseguir una orden de alejamiento se había ido a un supermercado pensando ‘qué bien, voy a hacer la comida que yo quiera’, pero fue incapaz de decidir si carne o pescado y se volvió a casa sin nada. No sabía qué hacer. Los malos tratos psicológicos son los más difíciles de demostrar y son los que más daño hacen en la psique de la mujer, porque van a su destrucción total, a su dominio absoluto. Normalmente no hay malos tratos físicos sin psicológicos, el físico llega después de haber empezado el psicológico mucho tiempo atrás. Pero el maltrato físico se puede demostrar muy fácilmente y es muy fácil de entender; en el maltrato psicológico las heridas no se ven a simple vista».

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