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El elegido por Francisco de una terna

El nombre de Vicent Ribas surgió de una consulta realizada por la nunciatura entre el clero y los cristianos de base de Ibiza. La última ordenación de un obispo en Ibiza, hace 16 años, contó con una nutrida representación del Vaticano

Ribas sonríe cuando le colocan un solideo de obispo.

Las cosas de Palacio, más las del Vaticano, van despacio, pero en este caso lo fueron más por «un obstáculo» surgido en 2020, según apunta un sacerdote de la isla: las acusaciones contra un religioso de Ibiza por abusos sexuales. Ralentizó una decisión que se había iniciado en cuanto Vicente Juan Segura fue trasladado (algunos dicen que fue apartado) a Valencia como obispo auxiliar. La nunciatura en España inició entonces una consulta, tanto entre religiosos como entre cristianos de base pitiusos relevantes, para que aportaran tres nombres de quienes considerasen apropiados para ocupar la sede vacante.

El nuncio, a partir de ese listado de nombres, pidió informes sobre los candidatos posibles, hasta que elaboró una terna, que presentó a la Congregación de obispos. Esta, a su vez, la elevó a la Secretaría de Estado y al Papa. Francisco eligió y Vicent Ribas aceptó.

Vicent Ribas Prats (Ibiza, 12 de mayo de 1968) fue ordenado el 12 de octubre de 1996 (hace justo 25 años) en lacatedral por el obispo Javier Salinas. Primero fue vicario de Santa Cruz (Vila) entre 1996 y 2000, para un año después ser nombrado capellán del Colegio Sa Real, y, posteriormente, delegado de Pastoral Vocacional. En el 2000 fue nombrado párroco de Santa Gertrudis y Sant Mateu, así como administrador parroquial de Sant Miquel, donde en 2006 ya era párroco, además de miembro del Consejo de Consultores y arcipreste del Arciprestazgo de Santa Eulària.

Segundo pitiuso en las Pitiusas

En 2008, Ribas fue nombrado párroco de Santa Eulària y Sant Mateu, y un año más tarde, canónigo de la Catedral. El 15 de septiembre de 2010 fue nombrado vicario general de la Diócesis. El pasado 2 de febrero de 2020, tras la marcha de Juan Segura, fue nombrado administrador diocesano.

Tras conocerse su nombramiento, Ribas pronunció ayer un discurso en el que recordó la figura del anterior obispo ibicenco, Antonio Cardona, Frit, incluso agradeció a la Santa Sede que hubiera optado por un pitiuso para esta diócesis: Ribas es el segundo nacido aquí, tras Cardona, que estará al frente de la Iglesia en las Pitiusas. Y seguramente lo tendrá más fácil que quien fue administrador apostólico y obispo entre 1935 y 1960, que se tuvo que ocultar en el verano de 1936 para no ser asesinado como una veintena de religiosos pitiusos y que tras el conflicto bélico tuvo que rehacer una diócesis devastada, en la que numerosos templos habían quedado destrozados.

Lo que es casi seguro es que la ordenación epsicopal diferirá de la última celebrada en Ibiza: la de Vicente Juan Segura

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Aún se desconoce cuándo se celebrará la ordenación episcopal en la catedral. Lo que es casi seguro es que diferirá de la última celebrada en Ibiza: la de Vicente Juan Segura, que tuvo lugar el sábado 14 de mayo de 2005 ante 1.300 personas, una nutrida representación del Vaticano y lo más notable de la curia española. La ordenación fue celebrada por Leonardo Sandri (número tres de la jerarquía vaticana en esa época), que estuvo asistido por el cardenal Ricard Maria Carles (que había ordenado sacerdote a Juan 23 años antes) y por el entonces arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco. Estuvieron presentes ocho arzobispos (entre ellos Piero Marini, maestro de ceremonias pontificias; el polaco Stanislaw Dziwisz,exsecretario de Juan Pablo II; el papable Sandri; el titular de Mérida-Badajoz, Santiago García, y el de Toledo, Antonio Cañizares, ahora de Valencia) y tres exobispos de las Pitiusas.

Juan lució aquel día un anillo episcopal que le regaló personalmente Juan Pablo II. No se lo perdió ni la periodista Paloma Gómez Borrero, corresponsal en el Vaticano.

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