Si algo caracteriza a la hotelería de Ibiza es su «atomización». Según José María Martín, responsable de negocios hoteleros del Banco Sabadell, el 61% sigue en manos de sus propietarios, que en muchos casos son negocios familiares. Pero ese porcentaje «ha bajado en los últimos años en favor de fórmulas como el alquiler». Alquilan sus negocios «quienes no creen ser capaces o no tienen relevo generacional. No pierden patrimonio y el operador se encarga de la inversión», detalla Bruno Hallé, de la consultora Cushman & Wakefield: «Se pagan alquileres de mercado y sus propietarios pasan a ser rentistas. A veces sacan más así que dedicándole todo el tiempo al hotel, nos confiesan». Ángeles Nogales, exgerente de Fomento del Turismo, cree que «no hay que vender nuestro patrimonio» hotelero. El día en que esté en manos de grandes cadenas o fondos de inversión, la isla ya no podrá tomar sus propias decisiones, avisa.