Está por ver, indica José Antonio Roselló, el papel que jugará en esta feria la quiebra del turoperador Thomas Cook, adquirido hace escasas horas por el chino Fosun Tourism Group a precio de ganga (12,7 millones de euros). En todo caso, Roselló recuerda que «el cliente británico, en una porción muy apreciable (en un 60% de los casos), contrata fuera de turoperación. Es su idiosincrasia».

Precisamente, un reciente estudio del metabuscador de viajes Kayak descubrió que el 47% de los británicos no había visitado una agencia de viajes en la última década.

«Un punto interesante -apunta Roselló- será ver quién cubre esos nichos que deja Thomas Cook. Lo que no preveo es que haya un cambio de modelo de manera drástica. Su lugar será cubierto por otros. Hay que ver cómo se recompone el mercado».

Investigación

También considera que sería interesante investigar «el papel de los chinos», pues todo indicaba que se trataba de un fondo de inversión que formaba parte del capital y, por tanto, «habría estado en su mano también salvar la empresa o dejarla caer». En el caso de dejarla caer, sabían que había una pérdida importante de capital. «De todos modos, al seguir los chinos por medio, y más con esta operación, hay que ver exactamente qué vinculación jurídica formal tenían con Cook. Ahora parece que hacen uno de los negocios de su vida, cuando en paralelo antes pudieron haber sufrido una pérdida de capital. O sea, que puede que una cosa compense la otra». La marca Cook, añade José Antonio Roselló, «sigue teniendo un valor muy importante, de modo que no estaría tan dañada como a priori se podía pensar».