Una de las más importantes pesquerías de gerret (caramel) de las Pitiusas, la que se encuentra en aguas de Tagomago, está en peligro por la intención de la Demarcación de Costas de Balears de autorizar la concesión de un campo de boyas para el fondeo de embarcaciones, así como del embarcadero existente en la zona del puerto de dicho islote. Esta concesión sería para un periodo que oscila entre los 20 y los 40 años, según el pliego de condiciones recientemente publicado.

La posibilidad de que se acabe consolidando el uso de esta zona como lugar para el fondeo de yates recreativos ha sido acogida con gran preocupación tanto por los pescadores ibicencos como por la conselleria de Medio Ambiente del Govern.

Alegaciones del Govern

El Ejecutivo autónomo confirmó a este diario que presentará alegaciones ante la Demarcación de Costas para tratar de impedir que se adjudique esta concesión, dados los daños ambientales que representarían. De hecho, Medio Ambiente ya presentó alegaciones el verano pasado, que fueron totalmente ignoradas por Costas. En ellas se recordaba que tanto los fondeos como el embarcadero se hallan ubicados en un espacio de la Red Natura 2000 y que está en tramitación un plan de gestión para este espacio natural «en el que no se contempla ninguna zona de fondeo regulado próxima a Tagomago», por la abundancia de virots en los acantilados que dan al muelle.

En sus alegaciones de 2018, Medio Ambiente señalaba que ni los fondeos ni la ampliación que se hizo en su día del embarcadero pasaron ninguna evaluación de impacto ambiental, por lo que «estas zonas no pueden adjudicarse hasta que el proyecto haya pasado la tramitación ambiental pertinente», señalaba.

Por su parte, Pere Varela, de la cofradía de pescadores de Eivissa, confirmó la importancia que tiene esta pesquería y el daño que ocasionaría la instalación de muertos y boyas. «Si colocan muertos allí ¿cómo vamos a lanzar las redes?», se preguntó. Valera recordó que esas aguas son también un punto de lanzamiento de artes pesqueras tradicionales, que tampoco podrían seguir usando para faenar.

Perjuicios económicos

«Esta situación causará perjuicios a muchas familias: pescadores, vendedores y trabajadores en general», señaló. Además, consideró que también quedará amenazada la propia Fira des Gerret que se celebra todos los años en Santa Eulària con gran afluencia de público.

La Cofradía de Pescadores, según adelantó Valera, tiene previsto presentar también escritos de queja ante la Demarcación de Costas para advertirles de los daños que este proyecto causa a una pesquería que, además, está situada en la reserva marina recientemente creada por el Govern.

El Ayuntamiento de Santa Eulària, por su parte, ha afirmado a través de un portavoz que sus servicios técnicos y jurídicos están estudiando la situación para decidir qué actitud adoptan.

Por su parte, la diputada del PP Virginia Marí lamentó que este tipo de iniciativas en espacios de interés pesquero se impulsen «sin consultar ni preguntar» a las entidades directamente afectadas, como las cofradías. «Los profesionales ni se enteran; la Administración saca a concurso poner boyas sin preguntar a las cofradías», manifestó la parlamentaria y técnica en pesca.