Formentera ha decidido ponerle fin a la saturación de vehículos durante los meses centrales del verano con la Ley de sostenibilidad medioambiental y económica. La nueva norma se estrenó ayer en el puerto de Ibiza con un puñado de viajeros a los que les pilló, entre las prisas, desprevenidos. No obstante, la mayoría se mostraron indiferentes frente a las advertencias de los policías y el personal portuario sobre la necesidad de registrar sus vehículos.

«A la gente le da igual. Están de vacaciones y prefieren pagar 100 euros antes que verse sin vehículo en Formentera», explicó un trabajador de una de las navieras después de ver cómo un pasajero optaba por embarcar con su coche aún sin tener la autorización.

Antonio, residente en Ibiza, fue uno de los muchos despistados, pero antes que quedarse en tierra o recibir una sanción, optó, todavía con el casco puesto, por embarcar sin su moto.

Quienes sí estaban informados compraron su billete a través de la web Consell de Formentera para obtener un permiso que les ahorraría un mínimo de 100 euros y un disgusto. «Nosotras hemos decidio no correr el riesgo», argumentó Nuria, una turista con ansias por embarcar junto a sus tres amigas. «Sin embargo -añadió disgustada- hemos tenido algunos problemas. No nos ha dejado seleccionar las fechas que queríamos y, por ello, hemos tenido que pagar un poco más».

El primer día, el personal de las navieras ya se percató de que la nueva normativa no va a ser un camino de rosas «como se esperaba el conseller de movilidad [de Formentera], Rafael González». «Hoy [por ayer] decía en la radio que esto iba a ser muy fácil con la colaboración de las navieras», comentó el mismo trabajador de una de las navieras. «La realidad es diferente. Todos los trabajadores han recibido una circular en la que se comunicaba que no podrían negar la compra del billete a ningún pasajero, al igual que su entrada al barco», concluyó.