Aparte de reducir el número de proyectos autorizados, la Norma Territorial Cautelar incide sobre todo en la reducción de los parámetros urbanísticos de las casas en el campo. Desde finales de 2016, las viviendas en el campo pueden tener una dimensión máxima de 320 metros cuadrados (900 metros cúbicos de volumen como mucho en total), incluyendo anexos, y las piscinas no pueden superar los 60 metros cuadrados de superficie. Tampoco puede haber más de una por casa.

Entre septiembre de 2015 y julio de 2016, cuatro meses antes de que la moratoria entrase en vigor, la Ciotupha había autorizado la construcción de 37 casas en suelo rústico, ocho de ellas en áreas protegidas por la Ley de Espacios Naturales. La mitad de las viviendas (18) tenía más de 400 metros cuadrados y cuatro de ellas rondaban los 1.000 metros cuadrados (la suma de las superficies construidas, incluidas piscinas). Antes de la moratoria, el PTI no fijaba un límite de tamaño para las casas, sino que lo relacionaba con la superficie de terreno disponible.

El mayor de los cuatro proyectos que superaban los mil metros cuadrados se correspondía con una vivienda en es Cubells, cuyo cuerpo principal tenía unas dimensiones de 540 metros cuadrados (subterráneo, planta baja y primer piso), además de una edificación anexa y una piscina de 127 metros cuadrados, con una suma total de 1.400 metros cuadrados.