La empresa concesionaria del servicio de agua de Sant Josep, Aqualia, remitió el pasado 23 de mayo una carta a los usuarios de los núcleos de Cala Vedella, Cala Carbó, Cala Molí, Caló d´en Real y la zona alta de Cala Tarida en la que les informa de que debido «a las elevadas concentraciones de cloruros existentes y según la normativa sanitaria, el agua no puede utilizarse ni para beber ni para preparar alimentos». «Puede emplearse para otros usos que no supongan su ingestión», señala. La normativa sobre vigilancia sanitaria obliga a la compañía a informar a sus clientes cuando en los análisis se detecta el exceso de cloruros y otros parámetros.