El Consell de Ibiza ha rechazado el proyecto de un alojamiento turístico en el polvorín de Santa Gertrudis. El proyecto llegó desde la Comisión de Medio ambiente del Govern balear, que es quien pide consulta al Consell sobre su evaluación ambiental.

El proyecto consiste en la conversión del complejo militar ubicado en suelo rústico común (una parte en régimen general y otro en forestal) que consta de once edificios, en un alojamiento turístico con un total de 20 habitaciones, gimnasio y restaurante. Lo proyecta contempla la rehabilitación y reforma de las edificaciones existentes, manteniendo los volúmenes y adecuándolos al uso turístico.

La único construcción nueva sería la de una piscina, que ocuparía un total de 441 metros cuadrados, con una lámina de agua de 185 metros cuadrados.

El informe de los técnicos de la sección de Ordenación del Territorio ha sido desfavorable ya que "no se ajusta a ninguno de los dos tipos de alojamientos de turismo rural (agroturismo u hoteles rural), regulados por ley.

Por otra parte, en la antigua casa payesa se proyecta un apartamento turístico, en contra de la ley que no permite la ampliación ni el cambio de las viviendas existentes a actividades turísticas.

El ámbito de la actuación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA), no se ajusta al ámbito correspondiente a las "fincas registrales que figura en el informe técnico de desafectación del Polvorín de Santa Gertrudis", realizado por los Servicios Técnicos del Consell de Ibiza.

Además, una de las fincas, con una edificación, no figura ni entre los once edificios objeto de proyecto.

Las fincas registrales objeto de proyecto tienen una superficie total de 27.582,10 metros cuadrados. No obstante, en la memoria del EIA se indica que se actúa sobre una superficie total de 62.655,78 metros cuadrados. Por lo tanto, parece que se actuaría sobre más fincas pero no queda claro sobre qué fincas puesto que la suma de las catorce fincas registrales que conforman el "Polvorín de Santa Gertrudis" es de 65.033,31 metros cuadrados.

Por otra parte, como obra nueva se proyecta una piscina de 185 metros cuadrados, de la cual se desconoce su emplazamiento concreto y sus características.

Asimismo, tampoco se hace una descripción detallada de dos edificios mencionados en la memoria de EIA y se desconoce su ubicación. Tampoco se dispone de un proyecto técnico concreto.

Así, el nuevo Estudio Impacto Ambiental tendría que completar y enmendar el conjunto de carencias y deficiencias detalladas anteriormente y en concreto definir y analizar los "potenciales impactos y riesgos asociados en las diferentes actividades y sus aforos previstos al conjunto del complejo, además de la propia actividad de alojamiento turístico", según señalan los técnicos del Consell en un estudio.

También deberá analizar los impactos potenciales asociados al consumo de agua y a la generación de aguas residuales y proponer medidas minimizadoras y correctoras, así como analizar el riesgo de incendio forestal como potencial impacto, introduciendo este parámetro en la matriz de impactos; realizar un estudio de incidencia paisajística; dotar el Estudio de Impacto Ambiental de un estudio acústico detallado; y finalmente, analizar la potencial afección sobre la movilidad viaria del en torno al proyecto.

Por parte del Departamento de Territorio, el informe ha recordado que tendrán que ser la Comisión Técnica de Patrimonio y la Comisión Insular de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Patrimonio Histórico Artístico quien realicen un amplio y profundo estudio del Plan que se propone.