La Banda Simfònica Ciutat de Ibiza ofreció ayer el ya tradicional concierto de la Feria Ibiza Medieval con un cambio importante de ubicación que contribuyó a que sonase mucho mejor y a que los espectadores lo siguiesen mucho más cómodamente. Cada año se celebra bajo el Portal de ses Taules, un escenario impresionante pero incómodo tanto para los músicos como para la gente que lo seguía bajo el sol. Así que ayer se trasladó al Claustro del Ayuntamiento de Ibiza, donde el toldo superior y la propia galería lo hicieron mucho más llevadero para público e intérpretes.

La banda, dirigida por Adolfo Villalonga, se lució con un repertorio muy variado, con un colofón final de marchas cristianas y una fanfarria que encantó al público, en el que no faltaban turistas extranjeros.

El concierto comenzó con ´La Mourisque´ (Tielman Susato), una pieza que inmediatamente logró el objetivo que transportar a los espectadores a otra época llena de exotismo y magia. Después llegó una recopilación de fragmentos de la obra ´Aladdin Suite´ (C. Nielsen Arr/J. de Meij), a la que siguió ´Algemiz´ (F. Ferran), que narra dos episodios históricos que ocurrieron en la localidad de Algemesí.

El programa continuó con el conocidísimo ´Te deum´ (Charpentier), que es la sintonía de la Unión Europea de Redifusión y pasó al ´Bransle l´Official´ (T. Arbeau), que transportó a los presentes a un concurrido baile en palacio.

La velocidad y contundencia de ´La Bergamasa´ dio paso a la segunda parte del concierto que reunió una fanfarria y tres marchas cristianas que fueron muy aplaudidas. La banda contó para estas piezas con la colaboración de las dulzainas de Jimmy Climent, Honorat Trenco y Paco Escrivá.

Un concierto redondo en el que hasta hubo un bis y un ´cumpleaños feliz´ para Joan Guasch, trombón de la banda.