­Transformar el polvorín de Santa Gertrudis en un espacio «multidisciplinar y social» donde se ponga «énfasis en la educación, la cultura y el arte» es el proyecto los propietarios del recinto, Lio Malca y Alejandro Lozano. «Venimos con un proyecto cultural y artístico», dijo ayer Lozano, quien agregó que buscan provocar «un encuentro de cosas diferentes, circo, danza, canto, pintura, orientado a que la gente vaya y participe». «Queremos llevar artesanos, artistas», señaló, mientras Malca indicó: «Pensamos ofrecer el espacio para una feria de arte que creo que cancelaron aquí hace unos años, hacer exposiciones constantes, obras de teatro... Ese es el camino».

Malca, con una larga trayectoria en el mundo del arte y que reside en Nueva York, comentó que, a su juicio, en Ibiza faltan «museos, exposiciones, teatro, danza, pintura», y que precisamente esa quiere que sea su contribución a la isla.

Por el momento, y mientras definen el proyecto y piden permisos, Lozano explicó que ya han cedido el espacio para dar clases de circo en las que participa su hijo, y también de canto o de danza. «Ahora lo único que puedo hacer es prestar el lugar para algunas cosas porque no tengo licencia», apuntó.

Ambos confiaron en poder dar a conocer su iniciativa y que los vecinos se den cuenta de que es algo beneficioso para el pueblo. «Espero tener la oportunidad de que nos conozcan y que no basen decisiones en cosas que pasaron hace tiempo y no nos corresponden», apuntó y añadió que quizás están «pagando platos que se rompieron hace años por otra gente que iba con otra actitud y otro proyecto».

300 invitados a la fiesta

Malca y Lozano pidieron disculpas a los vecinos por las molestias de la celebración del domingo, a la que estaban invitadas 300 personas pero que se les «fue de las manos». «Celebramos el 50 cumpleaños de Lio. Aquello era un camino en el que recorríamos instalaciones artísticas. El énfasis no estaba en la música o en el baile, sino en un evento», comentó Lozano, quien dijo que había una proyección de la historia de la humanidad, performances y esculturas.

«Hemos leído estos días muchas cosas de discotecas, fiestas ilegales, cobro de entradas, 2.000 personas... Pero nada de eso fue así», insistió. Eso sí, reconoció que no contaron con «el efecto llamada» provocado por «el rumor de que pasaba algo en el polvorín». «Nos encontramos con muchísima gente que no estaba invitada y que al no permitirles el acceso, pitaban», relató.

Lozano apuntó que incluso lo organizaron para dejar los coches en otro sitio [tras el hipódromo de Sant Rafel] y que los invitados fueran recogidos en furgonetas. Pero la gran afluencia de personas ajenas provocó que las furgonetas no pudieran salir y que invitados se acercaran en sus coches, lo que causó el colapso. «El propio protagonista del cumpleaños no podía llegar a la fiesta porque estaba bloqueado», resaltó Lozano, que asegura que fue entonces cuando salió y vio que «se les había ido de las manos» y que estaban molestando. «Por eso, primero de todo pedimos disculpas. No queremos que sucedan cosas así. No vimos venir esto», concluyó y agradeció la labor policial, que permitió «desatascar aquello»

Expediente por obras menores

Por su parte, el Ayuntamiento de Santa Eulària informó ayer de que se ha abierto otro expediente sancionador a la propiedad por realizar obras sin permiso. Al parecer, se trata de trabajos de cableado y conexiones que, si bien son de poca entidad, precisan de una licencia de obra menor, con la que no contaban.

Así lo comprobó el celador del Consistorio el miércoles. Sobre la información publicada acerca de que no se le permitió el paso, un portavoz municipal indicó que en efecto el celador fue en un primer momento y «una persona que había dentro del recinto se negó a que accediera». «Puestos en contacto con representantes de la propiedad, dijeron que esa persona era de una empresa externa, que no les representaba, y que cuando quisieran podían ir, que tenían paso libre», señaló el portavoz.

A este respecto, Lozano explicó que en un primer momento no le dejaron pasar hasta localizarles a ellos: «Tienen instrucciones de no dejar pasar a nadie. Cuando nos localizaron, dijimos: ´Sí, sí, que pase´».

Una vez dentro, el personal del Ayuntamiento comprobó las actuaciones que se estaban haciendo. Lozano dijo que solo se realizaba «una reposición de cables» ya que el polvorín «ha estado abandonado» y ha sufrido «vandalismo» como robo de cobre. «Pero no ha habido obras», subrayó. Sin embargo, como esos trabajos según el Consistorio necesitan licencia de obra menor, se ha abierto expediente y se ha decretado la paralización hasta tramitar el permiso.