La presidenta del tribunal aseguró que el vertedero ilegal de tierra es «un desastre». Lo hizo después de preguntar al perito de la defensa si consideraba «grave» el vertido. «Depende como sea», contestó el biólogo, a lo que la magistrada replicó: «Me parece un desastre y usted debe estar de acuerdo como buen biólogo y por su conciencia medioambiental». Acto seguido, la magistrada le preguntó si pensaba que la Administración podría haber autorizado las obras ilegales. El perito dijo que en el caso de la ampliación del camino, seguramente sí, con algunas prescripciones ambientales. Y en el caso de los vertidos de tierra, el biólogo dijo que, a pesar de que entiende que es «autorizable, quizá no se habría permitido porque está en el límite de una zona LIC». La reacción de la presidenta del tribunal fue fulminante: «También hubieran acabado en el banquillo de los acusados los que lo hubieran autorizado porque es un delito».

El fiscal subrayó que las obras ilegales en el camino y el torrente «no se limitaron a una limpieza de hojarasca del sendero» sino que se hizo «un camino nuevo», algo que negó Javier Mariño, abogado del acusado, quien recordó que se trata de un camino histórico. Mariño reconoció que su defendido actuó sin licencia y señaló que, pese a que a él personalmente no le gusta lo que hizo su cliente, no puede tipificarse como delito porque no se acreditó ayer en el juicio que se hubiera cometido «un daño y riesgo grave». «El impacto visual es horroroso, pero no se causa ningún daño», insistió. Puntualizó que el vertido de tierra, es «más pequeño que el aparcamiento de Mercadona». También subrayó que es «incompatible e irracional» que la Administración sancione con una falta leve la tala de árboles y las obras en el torrente y que el tribunal condene a su defendido. Su cliente quiso hacer uso de la palabra al final para pedir lo siguiente al tribunal: «Quisiera, si pudiera ser, que fueran y vieran lo que hay, y cual es la pura realidad. No es verdad lo que se ha dicho».