El joven mago madrileño Jorge Blass (29 años) fue el encargado de ofrecer anoche en la carpa del Magiclown de Cala de Bou el espectáculo central de la velada, con un número de ilusionismo en la que pretendía demostrar el arte de la magia. En su intervención de más de una hora interactuó en varias ocasiones con el músico Nacho Aldeguer, que toca percusión y canta rap.

Jorge Blass, que ya participó hace dos años en el festival de magia y clown que organiza el Ayuntamiento de Sant Josep, considera que esta forma de combinar las dos técnicas artísticas es una «experiencia única», que además va acompañada de la presencia de grandes figuras mundiales, lo que aumenta el atractivo del certamen.

Blass estudió tres cursos de psicología, pero dejó los estudios para dedicarse en cuerpo y alma a la que había sido su pasión desde muy niño. A los 12 años había empezado a aprender magia en la escuela de Juan Tamariz, su principal referente nacional, y a los 21 años decidió profesionalizarse. En sus números combina las técnicas del ilusionismo clásico con efectos de última generación, productos en muchos casos de su propia investigación y de sus facultades creativas.

Confiesa que algunos de los trucos que presenta llevan mucho tiempo de trabajo con todo su equipo. «Primero se tiene la idea y luego empiezas a crear métodos, a investigar. En algunos casos pueden pasar años hasta que un truco está en condiciones de presentarse ante el público», explica.

Proyecto televisivo

El joven profesional, que se dio a conocer al gran público a través del programa ´Nada por aquí´, del canal Cuatro de televisión, afirma que está trabajando con el mismo equipo en otro formato, ´Nada por allá´, que todavía no se ha concretado a través de qué cadena se programará. «La idea –puntualiza– es visitar distintos lugares del mundo y descubrir la magia que se hace allí».

Reconoce que gracias a la televisión y también a ciertas películas multitudinarias y al teatro, en los últimos diez años la magia, que había pasado un cierto periodo de «olvido», se ha popularizado y actualmente vive una buena época, lo que para él es un factor positivo: «Esto está muy bien, porque se trata de una modalidad artística que es necesaria, y en tiempos de crisis como los que vivimos, todavía más».