Marc Tur fue este jueves una de las grandes estrellas de la gala de los Premios Diario de Ibiza. El Personaje del Año para el jurado de Es Diari no pasó desapercibido tras su espectacular debut en unos Juegos Olímpicos, donde fue cuarto tras una agónica carrera de 50 kilómetros, y captó la atención de multitud de asistentes a la ceremonia. Su intervención fue una de las más aplaudidas y tanto la motivación que transmitió como las ganas de seguir creciendo en el deporte calaron hondo como ejemplo de una persona vital y comprometida con sus sueños.

El premiado, con su entrenador Mariano Riera, Laura Juan, José Ferrer, Miriam Tur, Víctor Villar y Jordi Cardona. J. A. Riera

El marchador de Santa Eulària hizo precisamente mención a ese sueño que hace más de una década describió en las páginas de Diario de Ibiza, pocos años después de ilustrar su primer artículo periodístico. «Esta mañana en casa [el jueves para el lector] he querido mirar la primera vez que escribieron sobre mí. He dicho, ‘mira mamá’, es increíble, en 2009 salió el primer artículo con una imagen y el titular: ‘Marc Tur, bronce en el Prat de Llobregat’. Fue mi primera medalla nacional y fue muy especial salir en Es Diari. Luego me hicieron una entrevista muy especial en diciembre de 2011, hace casi diez años: ‘Mi sueño son los Juegos de 2020’. Casi no había salido de Ibiza y ya decía eso», dijo realmente sorprendido el atleta y médico de 26 años, que acabó emocionado tras relatar que, efectivamente, ha cumplido el vaticinio anunciado cuando era apenas un adolescente.

El atleta recibe el premio a Personaje del Año de manos de Vicent Marí, presidente del Consell de Ibiza. V. Marí

Marc Tur recordará «toda la vida» su participación en los Juegos de Tokio, que ha supuesto «un antes y un después» en su existencia. Como explicó en una entrevista concedida el pasado miércoles en estas páginas, Tur puntúa su actuación en la cita olímpica «con un 9». «Tengo que seguir en esa línea: motivado pero sin perder de vista que también está la técnica, el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio y que vuelvo a entrenar de cero. Con mi entrenador también estamos avanzando, ambos hemos mejorado juntos, me conoce mejor, mis puntos fuertes y débiles, y tengo más experiencia. Si el cuerpo me lo permite, espero estar ahí delante en los siguientes campeonatos».

Junto a su hermana Miriam Tur. J. A. Riera

Marc Tur reitera que el cuarto puesto alcanzado en Tokio, la retransmisión televisada de su actuación y su manera agónica de acabar los 50 kilómetros marcha le han hecho ser reconocido por multitud de personas, sobre todo en la isla. «Mediáticamente me ha cambiado mucho, a nivel local es exagerado: antes me conocían los más cercanos y ahora me saluda mucha gente cuando me ven entrenar, como diez coches en media hora. La gente de Ibiza más cercana ha visto esta evolución, me felicitan por la calle entrenando y eso se agradece», afirmó.

Durante su discurso en el auditorio del Club Diario, Marc Tur mencionó también la decisiva intervención de su entrenador de la infancia, Mariano Riera, sin la cual nunca hubiera llegado a tomar parte en el mayor evento deportivo del mundo. «Si mi entrenador no me hubiera dicho que probara la marcha nada de esto habría pasado», destacó.

Con Joan Serra, delegado de Baleària en Baleares. J. A. Riera

Para Marc Tur «es espectacular» el aluvión de felicitaciones y homenajes que ha recibido tras su paso por tierras japonesas. «Cómo se ha volcado el pueblo y la isla en todos los aspectos, desde que llegué aquí en el aeropuerto, el homenaje, ahora poner mi nombre a la pista [de atletismo de Santa Eulària], algo que nunca me había planteado. La pista donde empecé y estuve tantos años, más de diez. Siempre que vuelvo a Ibiza me paso por la pista, aunque se me queda pequeña», señaló.

Un vaticinio muy acertado: «Me hicieron una entrevista muy especial en 2011: ‘Mi sueño son los Juegos de 2020’. Casi no había salido de Ibiza y ya decía eso»

Además, para el deportista ibicenco «es todo un honor» recibir un premio por parte del medio de comunicación que ha seguido sus pasos durante tantos años. «Este premio de Diario de Ibiza me enorgullece mucho y me parece muy bonito porque me acuerdo de cuando tenía 14 o 15 y me hicieron la primera entrevista, en el recinto del Diario, que me parecía llegar a lo más alto. Hemos estado mucho en contacto, cada vez más, ha sido un aliado de todo lo que hacía para transmitirlo a la gente. Estoy súper agradecido y no me lo imaginaba».

Aunque ya ha alcanzado, y con creces, la madurez, el ibicenco Marc Tur Picó es una de esas personas dignas de aparecer en los libros de historia de nuestras islas, no sólo por su progresión y éxito a nivel deportivo, sino por su capacidad para sacar el máximo jugo a momentos difíciles como los que hemos vivido desde aquel distópico marzo de 2020.

26 años y médico

El atleta de Santa Eulària, que a sus 26 años ya es médico, ha sido capaz en este tiempo de mejorar sus condiciones físicas y técnicas para clasificarse para los Juegos Olímpicos, el mayor evento deportivo del mundo, y acariciar las medallas en una prueba de 50 km marcha que permanecerá imborrable en la memoria de todos nosotros.

También ha ofrecido su rostro y su voz para dar visibilidad al colectivo LGTBI en el deporte, transmitiendo valores más necesarios que nunca para las nuevas generaciones.

Un antes y un después: «Antes me conocían los más cercanos y ahora me saluda mucha gente cuando me ve entrenar, como diez coches en media hora»

El marchador adscrito a la Peña Deportiva sabe que a partir de ahora recaerá sobre sus hombros más presión para estar en los puestos delanteros de las grandes competiciones internacionales. «Yo creo que durante estos años psicológicamente he madurado mucho, lo he trabajado mucho y tengo muy en cuenta que ahora la presión va a ser mucho mayor. Antes podía sentir un poco de presión mediática por ir a un mundial o los Juegos, pero ahora, con ese cuarto puesto, siendo la mejor actuación en la historia del atletismo balear, son muchos niveles y tengo esa presión de tener que estar delante. Voy a intentar que esa presión me afecte lo mínimo y, sobre todo, continuar como hasta ahora y trabajando con mi psicóloga deportiva. Este es un trabajo muy físico, pero también mental, de gestionar las emociones. Y ahora van a multiplicarse. Creo que podré con ello y, si no salen las cosas, esto es deporte, no siempre se puede estar arriba y algún día acabará. Esto no es para siempre y tengo otra vía, como la medicina, pero me quedan muchos años, espero. No me da miedo ni vértigo, me dará pena pero la vida continúa y hay otros ámbitos en mi vida que me faltan», confiesa.