La escultura que se entrega a cada galardonado con los Premis Diario de Ibiza es una creación del escultor ibicenco Pedro Hormigo, que dedicó varias semanas a pensar la simbología de esta pieza que nacía en un momento muy especial para el rotativo: en 2018, el año que celebraba su 125 aniversario y que, por este motivo, recuperaba sus premios anuales con una gran gala conmemorativa. La figura simboliza la historia de Diario de Ibiza, que arrancó el 1 de agosto de 1893, mediante la superposición de trece tradicionales tipos de imprenta con tipografías que aluden a años señalados para el rotativo, como 1991, cuando Prensa Ibérica lo adquirió.
Hormigo montó la primera maqueta con cubos de cartón, y de inmediato los responsables de Diario de Ibiza aplaudieron la idea, pues enlaza la larga tradición de Es Diari con la radical transformación que ha experimentado a lo largo de 128 años, de la mano de la introducción de las nuevas tecnologías, especialmente después de que se integrara en el grupo editorial de Prensa Ibérica. Esa modernidad y la apuesta por los últimos avances para transmitir la información a los lectores de la forma más rápida y mejor posible se condensan en el signo de la arroba, que preside el tipo de imprenta situado en lo alto, y con la que el escultor representa el momento actual de Es Diari, marcado por la profunda transformación digital que caracteriza los últimos veinte años. El mensaje: un diario arraigado en la isla desde hace 128 años pero que se mantiene a la última de la innovación y la tecnología para seguir siendo el referente indiscutible de la información en Ibiza y Formentera.
La figura es de bronce, mide 30 centímetros y pesa más de cuatro kilos
Ningún detalle de la obra de Hormigo es gratuito: todo tiene un simbolismo perfectamente medido. Pedro Hormigo estudió la hemeroteca del rotativo a lo largo de los años, hasta elegir las tipografías de las letras que en los dos laterales forman la palabra Diario de Ibiza, en un lado en hueco y en otro en relieve. La tipografía de cada letra elegida por el artista no es arbitraria, sino que es la que estaba vigente en el año que aparece marcado en el tipo, pues en cada uno de ellos hay uno en alto relieve: el primero es el de la creación del periódico, 1893.
La estatua es de bronce (el material que Hormigo suele utilizar en su obra), mide 30 centímetros y pesa más de cuatro kilos que se levantan sobre una base de mármol en la que figura el nombre del galardonado y el nombre del premio que recibe.
El proceso entre el primer boceto de la estatua en papel hasta su materialización en bronce fue largo y dificultoso, y llevó tres meses de absorbente trabajo al escultor. Tras la primera maqueta compuesta por cajitas de cartón, Hormigo talló en cera los trece tipos de la escultura, los apiló y los soldó. A continuación, el escultor creó un molde en silicona con el que hizo varias copias en cera, para después crear los moldes de fundición de mortero refractario, que metió en un horno tipo cerámico para eliminar el agua y los restos de cera.
Finalmente, fundió en un crisol el bronce, unos tres kilos por cada pieza, y lo vertió sobre los moldes. El momento «más mágico» para el artista, que retoca una a una cada escultura para eliminar las imperfecciones, y luego les da una pátina de negro francés que imita la tinta. El último paso es fijar la escultura a la base de mármol.
Se trata de un proceso muy laborioso que Hormigo repite en cada edición de los premios desde que creó la imagen icónica en 2018, con la que logró el reto que se había propuesto: dar forma escultórica a la historia de Diario de Ibiza, condensar su esencia y destacar la proyección del periódico hacia un presente y un futuro marcado por la modernidad y los avances tecnológicos.
