El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo Las Dalias sale de su letargo
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo Las Dalias sale de su letargo
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo Las Dalias sale de su letargo
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo Las Dalias sale de su letargo
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo Las Dalias sale de su letargo
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo Las Dalias sale de su letargo
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo Las Dalias sale de su letargo
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo Las Dalias sale de su letargo
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo Las Dalias sale de su letargo
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo Las Dalias sale de su letargo
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones
El mercadillo de Sant Carles reduce a la mitad su aforo, tanto de clientes (un millar como máximo) como de vendedores: los 200 puestos que había en la época previa a la pandemia han quedado reducidos a un centenar para evitar aglomeraciones