Las familias de Feriel y Oussama, dos migrantes de origen argelino cuyos cadáveres llegaron a la costa de Formentera el 20 octubre de 2021, en s’Estufador, y el 25 del mismo mes a ses Illetes, han podido confirmar que son los restos de sus hijos. Ambos viajaban en la misma patera que zarpó el 5 de octubre desde el norte de Argelia. Sus familias estaban convencidas, hace un año, de que los dos cadáveres hallados en Formentera pertenecían a sus hijos y hermanos. En ese momento, Diario de Ibiza pudo establecer un contacto directo con las familias afectadas que buscaban a sus seres queridos.
Feriel era una madre de 23 años que se embarcó en una patera con su marido Aissa, de 27 años, y su hijo Amjed, de dos años y medio. Estos últimos desaparecieron en el mar. Feriel, antes de zarpar, se hizo fotos con su hijo, que iba especialmente abrigado. Todos salieron con rumbo incierto, con el único objetivo de alcanzar la costa española, en este caso de Formentera, y desde allí buscar una vida mejor en Europa. Ninguno lo consiguió.
Oussama era un joven de 20 años cuya familia desesperada no encajó la pérdida y siempre esperó a que los resultados del ADN confirmaran su identidad. Su cuerpo fue localizado al norte de Formentera, entre ses Illetes y es Trucadors, mientras se celebraba un torneo de ‘kite foil’. Ese día, el GEAS de la Guardia Civil tuvo que ir a recuperar un cadáver enfundado en un neopreno. En estos casos el largo y doloroso protocolo administrativo requiere que los familiares envíen pruebas de ADN, a través del Consulado Español en Argelia, para que las autoridades nacionales puedan certificar la identidad. Ese proceso genera incertidumbre entre los familiares que han tenido que esperar un año para confirmar un doloroso desenlace.
