Los puertos deportivos Marina de Formentera, Marina de Ibiza, Puerto de Santa Eulària, Ocibar y el Club Náutico de Sant Antoni (pendiente de confirmar su implicación por la asamblea de socios, han decidido ampliar el capital de una sociedad constituida en 2001, Pitiusa de Ecología, para presentar una propuesta ante la Demarcación de Costas en Balears con la intención de gestionar los fondeos de embarcaciones de recreo en las áreas más sensibles y frecuentadas de Ibiza y Formentera en los meses de verano. El proyecto incluye el pago por parte de esta empresa de una tasa por ocupación de aguas al Estado, que en el caso de Formentera sería de 146.000 euros al año y en el de Ibiza, de 104.000 euros.

Los promotores persiguen mezclar la rentabilidad de la gestión de estos fondeos y de servicios para los usuarios con la garantía de proteger las praderas de posidonia. El administrador de la citada compañía, Angel Bustos, señaló que el turismo náutico elige las Pitiusas para fondear «por la calidad y transparencia de sus aguas y si no tenemos posidonia, esto se acaba». Junto al técnico Juanjo Costa y al biólogo Manu San Félix (redactor del informe preliminar de impacto ambiental), esta empresa presentó ayer, en rueda de prensa, el proyecto que ya se ha presentado ante la Demarcación de Costas y que han explicado a cada una de las instituciones implicadas: Govern balear, Consell de Formentera, Consell de Ibiza y los ayuntamientos ibicencos.

El futuro de la posidonia

Bustos insistió en que la iniciativa es solo un proyecto más, que se suma al del Consell de Formentera, y que su principal objetivo es «garantizar el futuro de las praderas de posidonia», más allá de las zonas calificadas como Lugares de Interés Comunitario (LIC) en las que el Govern volverá esta temporada a regular el fondeo, tal y como adelantó el conseller balear de Medio Ambiente, Gabriel Company, en su visita de la pasada semana. De hecho, Pitiusa de Ecología se ha presentado al concurso, junto a otras empresas, para acceder a la gestión de los fondeos LIC en ses Salines de Ibiza, en s´Espalmador y en es Caló de s´Oli, en Formentera.

El proyecto de Pitiusa de Ecología representa una inversión de 2,7 millones de euros para Ibiza y de 3,5 millones de euros para Formentera.

La propuesta contempla 168 boyas ecológicas en Formentera, divididas en tres zonas, desde Cala Saona hasta es Trucadors, y de 114 puntos en Ibiza distribuidos en Sant Antoni, Cala Jondal, Talamanca y Porroig. Todos ellos serían montados en la frontera de los fondos de arena con los arrecifes de posidonia y en los claros existentes sobre este bien natural. Estos fondeos van unidos a un servicio de extracción de aguas sucias de los barcos y de recogida de basuras para las embarcaciones que fondeen por lo menos una noche.

El proyecto contempla dos tipo de fondeos: el libre sobre fondos arenosos, situado entre la zona balizada para el baño (200 metros de la playa) y el comienzo de las praderas de posidonia. En esta zona el coste, de día, para las embarcaciones de hasta 20 metros de eslora será gratuito, salvo si pernoctan, en cuyo caso tendrían que pagar el servicio de limpieza con un coste de un euro por metro de eslora.

Por el contraio, las embarcaciones de más de 20 metros que fondeen en las boyas ecológicas instaladas deberán pagar en temporada alta un euro por metro cuadrado de ocupación de espejo de aguas. En la práctica representa que un barco de unos 22 metros de eslora tendría que pagar unos 100 euros y megayates como el ´Turama´ pagarían 1.500 euros por pernoctación diaria en estas zonas de fondeo.

Impacto Ambiental: Un proyecto que pretende proteger los fondos marinos

Una de las sorpresas de la presentación de Pitiusa de Ecología es la presencia en el proyecto del biólogo Manu San Félix, que en los últimos años ha denunciado, a través de este periódico, las agresiones que las embarcaciones de recreo provocan en la posidonia, ya sea por el fondeo o por la emisión de aguas residuales. San Félix señaló, como técnico contratado, que el proyecto le ha atraído por el hecho de que la iniciativa comtemple un estudio pormenorizado de la actual situación de los fondos de posidonia y un extricto seguimiento de la presencia de embarcaciones en las zonas protegidas. Insistió en que lo peor que puede ocurrir en relacióna la posidonia «es que no se actúe».