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Sucesos

Brutal agresión a un empresario de Formentera por parte de un antiguo empleado

La víctima llegó al hospital con lesiones en brazos, piernas y cara y perdió dos dientes

El ojo, hinchado, y la ceja con cinco puntos del agredido.

La Guardia Civil detuvo el pasado martes a un hombre, de unos 40 años, acusado de ser el autor de una brutal agresión que sufrió el mismo día, en torno a las 20 horas, el propietario de una empresa náutica de transporte de personas con sede en las Pitiusas. El agredido, que presentó una denuncia en el cuartel, aportó un parte de lesiones en el que constan contusiones en brazo y pierna izquierda derivadas de la agresión, una herida en la ceja izquierda que precisó de cinco puntos de sutura, así como rotura parcial de dos incisivos superiores. Durante la paliza, la víctima quedó tendida en el suelo y perdió la consciencia. El grupo de amigos con el que se encontraba intercedió y evitó que el hombre siguiese golpeándole en el suelo. Instantes después, tuvieron que mover al agredido para evitar que el detenido le atropellara con su coche cuando se daba a la fuga, explica la víctima.

La Guardia Civil detuvo al hombre, acusado de un presunto delito de lesiones. Según explica el empresario agredido, el detenido es un antiguo trabajador de su empresa que fue despedido en 2015, cuando se enteró de que «pretendía transportar drogas de Ibiza a Formentera con sus barcos».

Supuesto tráfico de drogas

«Me consta que consumía en el barco y en un momento me comentó que podríamos utilizar las embarcaciones para otras cosas», explica el empresario, que prescindió de sus servicios tras dicha conversación ya que sospechaba de sus intenciones con anterioridad. «Un día me pidió que le prestara dinero para comprar unas tablas de surf en Canarias porque eran mucho más baratas... Luego me enteré de que lo que hacen es vaciar las tablas y meter la droga en el interior para transportarlas hasta Balears», relata.

Días después de que el hombre fuera despedido, una de las embarcaciones de la empresa apareció semihundida en el amarre del puerto. «En su momento no le denuncié porque no tenía pruebas. Sin embargo, este verano, un chico me dijo que sabía que fue él quien manipuló la embarcación», recuerda. La siguiente vez que se encontraron, el pasado martes, el hombre le estaba esperando en su coche cuando le propinó la paliza. «Yo creo que fue una advertencia porque sé que fue él el que manipuló la lancha y porque sé a lo que se dedica», explica el agredido, que quiere «que la gente sepa qué tipo de persona es este hombre» para que, «sea lo que sea lo que esté haciendo en las islas, le pongan freno». 

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