La presidenta del Consell, Alejandra Ferrer, reiteró ayer su descontento con el adelanto a la una de la madrugada del cierre de los establecimientos de hostelería decretado por el Govern balear, que entrará en vigor el sábado 7 de agosto. «El cierre temprano va contra todos, no sólo contra los infractores y supone una presión extra sobre las fuerzas de seguridad», insistió ayer. «Si las medidas no son efectivas, finalmente son contraproducentes y crean mucha frustración y son injustas con la gente que cumple las normas desde el principio», lamentó.
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