Los efectos económicos que el coronavirus está provocando en el norte de Italia empiezan a notarse en Formentera con un frenazo en el ritmo de reservas en la última semana desde este país. La incidencia se nota más en el alquiler de casas turísticas que en las reservas de la planta hotelera. La patronal hotelera y varios empresarios consultados por este diario aseguran que, de momento, ese frenazo en las reservas «no es significativo».

Los turistas italianos que eligieron Formentera el pasado año para pasar sus vacaciones representaron el 37,2 % del total. El barómetro turístico que elabora cada año el área de Turismo del Consell concluyó que en 2019 el segundo mercado fue el nacional, con un 29%, seguido del alemán con un 17%. El resto se repartió entre otros visitantes procedentes de países de la Unión Europea, entre los que despuntó Francia.

Eso son los datos, pero es cierto que en la última semana el ritmo de reservas procedentes de Italia se ha frenado, según ha reconocido el Consell y confirma la patronal, que se muestra tranquila pero cauta: «En cifras es muy difícil ofrecer datos, no tenemos comparación con situaciones de coronavirus ni tampoco de una Semana Santa en estas fechas; no sabemos si las fluctuaciones de esta última semana son significativas o no», señaló el presidente de la Asociación Hotelera, Vicent Tur.

Para el sector resulta más efectivo estar prevenido con los protocolos sanitarios correspondientes para afrontar un eventual brote del virus, que alarmarse por los efectos en las reservas: «Estamos intentando racionalizar el tema y abordar, de tú a tú, una enfermedad, más que un fenómeno mediático», recalcó Tur. Añadió que en Formentera todos los sectores implicados, incluyendo la Pimef, la Cámara de Comercio y el Consell, «queremos dar una imagen de unidad y tranquilidad».

Como confirmaron a este diario varios hoteleros consultados y el propio presidente de la patronal, la sensación es de cierta preocupación, «pero no mayor que con otros brotes que se han dado como el ébola, que generó entonces mucha inquietud y recibíamos muchas más llamadas», recuerda Tur.

Lo que parece evidente es que ninguno está alarmado: «Estamos en contacto con compañías aéreas y turoperadores y es cierto que están reestructurando vuelos desde el norte de Italia». El representante de los hoteleros avanzó que ya están trabajando en un protocolo sanitario «para comunicar la realidad y que no asuste sobre lo que está pasando». «Ni los hoteleros ni los periodistas ni los panaderos vamos a arreglar esto, hay que dejarlo en manos de los profesionales de la sanidad».

Un hotelero de es Pujols, Ángel Bustos, comentó: «Esta semana se ha producido un frenazo en las reservas pero en comparación con el total del pasado año por estas fechas estamos más o menos igual».

Otro empresario de la zona de Cala Saona, Juan Antonio Ferrer, constató: «[Las reservas] Se han frenado un poco esta semana pero no es importante, hay que estar al tanto. Estamos como el pasado año por estas fechas».

Anulaciones en casas turísticas

Anulaciones en casas turísticas

Pero donde más efecto está teniendo el brote italiano del Covid-19 es en el alquiler de viviendas turísticas, con anulaciones en la última semana. Especialmente se produce en el sector de más alto poder adquisitivo, que ya no pueden afrontar el coste de unas vacaciones de lujo en Formentera ya que las empresas en Italia están recortando sus beneficios, según explicaron desde el sector.

Los hoteleros de nacionalidad italiana son los que más preocupados están, pero más por lo que ocurre en su país que por la repercusiones económicas que pueden sufrir los negocios de la isla.