«El aumento de la población de Formentera requerirá más personal y más servicios. Es un reto para el hospital de Formentera», señaló ayer Antonio J. Sanz, que deja su puesto como director de este centro para convertirse en el conseller insular de Medio Ambiente. Sanz considera que gestionar los recursos y los espacios de las instalaciones para adaptarlas al cada vez mayor número de usuarios será el principal reto al que se enfrente quien le suceda en el cargo.

De momento, no se ha nombrado un nuevo director, algo que, según indican desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera, tendrá que esperar a que se configure el organigrama de la conselleria balear de Salud. Hasta entonces, el centro estará sin director, aunque desde la gerencia del Área de Salud pitiusa insisten en que se ocupará de esas funciones el equipo de gestión.

Sanz explica que una de las ideas que ya tenía en mente para el futuro era la posibilidad, en el caso de que fuera necesario, de desdoblar las consultas: «Por la mañana el centro de salud está más saturado, pero por las tardes no. Podría reorganizarse».

El hasta ahora director del hospital de Formentera señala que una de las iniciativas que ha dejado pendiente antes de marcharse es la de acercar el servicio de Oftalmología a la isla, una petición de los usuarios del centro. «Durante unos meses los profesionales venían aquí, luego dejaron de hacerlo y está previsto que vuelvan a visitar pacientes aquí», explicó Sanz. «En los últimos cuatro años se han aumentado los refuerzos de verano, tanto en número como en tiempo, así como los servicios localizados en Formentera», indicó el director, que considera que ése, el de llevar cada vez más especialidades al hospital de Formentera debe ser el objetivo en los próximos años. «Hay que seguir avanzando por ese camino, apuntó Sanz, que se mostró bastante satisfecho con su labor al frente del hospital de Formentera durante estos últimos cuatro años. Recuerda que llegó al centro hace doce y que ha disfrutado especialmente de la última etapa como director.

Eso sí, reconoce que ha pasado momentos «difíciles» y «críticos» como las ocasiones en las que no había suficientes profesionales para atender correctamente a los usuarios -«faltaba alguien y hasta que no podía venir otra persona era complicado»- o cuando se producía alguna «fatalidad» en la isla que hacía necesario su traslado.

Uno de los momentos más «intensos» de estos cuatro años fue, para él, la puesta en marcha del TAC de Formentera: «Ahora ya tenemos resultados palpables, pacientes a los que se les ha hecho la prueba y que ya están en tratamiento». Entre los buenos momentos, a pesar del trabajo y el estrés que supuso para todo el personal del hospital, destaca la celebración de los diez años del centro.