En los coches como en las casas yo siempre me dejo guiar por la intuición. Me refiero a cuando entras en ellos y te ves o no te ves. En el caso del Scenic, reconozco que me vi desde el minuto cero. Me sorprendió al principio su diseño, pues no se parece mucho a su antecesor que era más tipo coche familiar cuadradote. La línea estilo SUV, que es lo que ahora se lleva, me gusta muchísimo más.

Las inmensas llantas de 20 pulgadas le dan una imagen mucho mas off-road y moderna. Aunque, sí que pensé que debe de ser carísimo el mantenimiento de estos neumáticos y por eso investigue un poco en internet y vi que Renault ha conseguido que tres marcas de neumáticos fabriquen esta medida y la comercialicen a precio de 17 pulgadas. Dato interesante a tener en cuenta.

Sigo para no perderme en los detalles pues si algo tiene este modelo son pequeñas comodidades para el día a día. Destaco en este sentido la altura del vehículo y los asientos abatibles atrás y con opción de masaje lumbar en el del piloto. Lo del masaje viene genial por el estrés que de vez en cuando nos entra a los padres al volante.

Está claro que el Scenic es un coche pensado para una familia y lo veo tanto en ciudad como en carretera. En toda su gama mantiene los extras de seguridad y luego ya se le puede ir añadiendo extras como un espejo para ver la parte trasera sin desgañitarse, cámara, ordenador de abordo tipo tablet con GPS, cambio de las luces de ambiente, parasoles traseros integrados, bandejas en los asientos y lo que a mí más me gusta, la llave inteligente que no tienes que buscar cada vez que entras y sales del coche ¡Cuántos momentos de estrés me ahorraría!

En resumen, el Scenic es un acierto seguro para la familia.

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