Mercado de trabajo

La larga e irregular jornada laboral en España dilata los horarios de la hostelería

Más de seis millones de españoles trabajan de manera más o menos habitual hasta última hora de la tarde

Un camarero trabaja junto a una terraza.

Un camarero trabaja junto a una terraza.

Gabriel Ubieto

Trabajar más horas a la semana y al año que la media europea, hacerlo en formatos más irregulares y con un huso horario desajustado constituyen el combinado perfecto que explica porque en España, a diferencia de otros países vecinos, hay restaurantes donde se puede cenar a la una de la mañana. 

La polémica laboral de esta última semana la sirvió en bandeja la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, calificando de "locura" los dilatados horarios de la hostelería. Y la encargada de repartirla por todas las mesas fue, con su réplica, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, alegando que "España tiene la mejor vida nocturna del mundo, con las calles llenas de vida y libertad". 

Mejor o peor vida nocturna, lo que muestran las estadísticas es que la noche se le hace a los españoles más corta que al resto de europeos. España es el segundo país que menos duerme de toda Europa occidental, solo superado por Italia. Según los últimos datos presentados en el Congreso Nacional de Medicina General y de Familia (SEMG), los españoles duermen de media siete horas y 13 minutos al día.

Otro de los argumentos de la presidenta madrileña fue que abrir hasta tarde "da empleo". Concretamente la hostelería ocupa al 8,3% de los trabajadores españoles, siendo el cuarto sector -después del comercio (14,8%), la industria manufacturera (12,1%) y la sanidad (9,4%)- que más empleo genera, según la encuesta de población activa del INE. 

El cuarto empleador y el peor pagador, a tenor de la encuesta de costes laborales también del INE. Los empleados de la hostelería cobran 1.368,8 euros brutos al mes; un 30% menos que un obrero de la construcción, un 37% menos que un maestro o un 63% menos que un empleado de la banca.

Trabajar hasta tarde

Para que haya alguien detrás de la barra sirviendo es preciso que haya alguien delante que pida. Y el hecho de que el 30,5% de los ocupados españoles, es decir, unos 6,4 millones de personas, según el INE, trabaje de manera más o menos habitual hasta última hora de la tarde arrastra luego a sectores como la hostelería. 

Jornadas más irregulares y más largas en comparación con los países más pudientes de la Unión Europea. Según datos de la OCDE, un trabajador español echa, de media, 1.643 horas al año, 300 más que un alemán, 200 más que un sueco o 140 más que un francés. En este sentido, la jornada de un español es más parecida -cuantitativamente- a la de sus vecinos íberos, los portugueses, o mediterráneos, los italianos o griegos. 

“Tenemos pendiente profundizar más en el debate sobre cómo distribuimos el tiempo”, señala la especialista en negociación colectiva y profesora de economía y empresa de la UB Patricia Elgoibar. “Mis alumnos holandeses o daneses alucinan cuando ven negocios que cierran a la hora de comer o que abren hasta tan tarde”, explica.  

Trabajar todos los sábados o algún sábado al mes es relativamente frecuente, hasta el punto de que representa la cotidianidad del 35% de los ocupados, según el INE. Más raro es hacerlo en domingo (22%) o de noche (12%). Lo que sí indica la estadística es que los horarios intempestivos se ceban especialmente con los más jóvenes y que perjudican ligeramente más a hombres que a mujeres.  

Tiempo de cuidados y brecha de género

“Las jornadas irregulares, con amplias disponibilidades, cada vez son más frecuentes y ahí existe una brecha de género importante”, señala la investigadora de la UB Judit Vall. Una de las explicaciones que encuentra esta economista a que haya más hombres que mujeres trabajando fuera de los horarios que hacen oficinas o colegios es debido al desigual reparto de los cuidados, que recaen mayoritariamente en las espaldas de ellas. Lo que en la academia se ha bautizado como la ‘doble jornada’. Es decir, las mujeres hacen sus horas en la oficina, la tienda o la fábrica y luego, cuando llegan a casa, hacen otro turno para lavar a los niños, cuidar a la abuela o hacer la compra. 

Según uno de los estudios de referencia en España en cuanto a distribución del tiempo de trabajo, liderado la profesora de la Universidad del País Vasco Amaia Altuzarra, las mujeres trabajan más horas que los hombres a lo largo de la semana, si se suman horas remuneradas y no remuneradas. “Y lo que observamos es que cuando una mujer deja de encargarse de parte del trabajo de cuidados este no lo asume un hombre, sino que es porque se le paga a otra persona para hacerlo… que suele ser una mujer”, afirma Elgoibar.

“Especialmente en las profesiones más liberales y cualificadas, como por ejemplo los abogados, la disponibilidad se paga y eso explica parte de la brecha salarial”, añade Vall. Su colega de profesión, Elgobair, precisamente está realizando actualmente un estudio sobre las diferencias entre cómo enfocan las negociaciones individuales los trabajadores en la empresa cuando persiguen mejoras laborales. “Estamos detectando que ellas negocian flexibilidad para poder cuidar a los hijos, mientras que ellos negocian otro tipo de beneficios”, explica.

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