Diario de Ibiza

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Cuando Ibiza era otra fiesta

Jeanette, la rebelde blanda que se fue de Ibiza

La popular intérprete de ‘por qué te vas’ vivía gran parte del año en una casa en ses salines: «Mi ciudad ideal es ibiza»

Jeanette posa para Diario de Ibiza en febrero de 1986. Julio Herranz

Me sorprendió verla cerrar la gala de clausura de la última Seminci cantando ‘¿Por qué te vas?’, la canción que se hizo famosa en toda Europa por incluirla Carlos Saura en la banda sonora de ‘Cría Cuervos’. Y recordé que uno le había dedicado un ‘Retrato de papel’ en este diario, del que hasta le había hecho las fotos, las que ilustran estas páginas. Fue en febrero de 1986 y por entonces Jeanette vivía mayormente en Ibiza, en una casita que se compró por las Salinas: «Me costó mucho encontrarla, y eso que entonces, te hablo de hace diez años, era mucho más fácil que ahora. Me quedo en ella muy a menudo, tanto que ya no sé si vivo en Madrid o en Ibiza», me contó en la entrevista. Pero creo que ya no viene tanto por aquí, ni sé si seguirá teniendo aún dicha casa. Según wikipedia parece que ahora vive en Madrid; y como no la veo tampoco salir en los medios de la isla, supongo que igual se cansó de su ‘paisaje y ciudad ideal’: «Mi ciudad ideal es Ibiza; y lo digo sinceramente. Y el paisaje, también el ibicenco», afirmó entonces.

Un personaje curioso, esta británica de madre española (canaria) que residió parte de su adolescencia en Barcelona, en donde a mediados de los 60 tuvo un gran éxito nacional como cantante de un grupo que me gustaba bastante, Pic-Nic, en el que militaba también Toti Soler, un notable músico catalán que ha hecho cosas de mérito. Aún recuerdo su gran éxito popular ‘Cállate niña’, compuesto por la propia Jeanette. Con un verso inquietante: tú sabes que mamá debió morir. Por qué tamaña crueldad, me preguntaba en mi adolescencia. Con lo madrero que siempre fue uno. Y aún lamento no haberme atrevido en el 86 a hacerle esa pregunta. «Casi todas las canciones de Pic-Nic las compuse yo. Pero no tenía intención de ser cantante, sino que me lo tomaba como una experiencia más. Pero como Hispavox nos hizo un contrato de tres años, tuvimos un gran éxito y empezamos a ganar mucho dinero para lo jóvenes que éramos, decidí seguir con el grupo».

Pues sí, todos eran muy jóvenes, más bien adolescentes, y la cosa no duró mucho tiempo: «Con Pic-Nic estuve tres años, y deshicimos el grupo por problemas de estudios. Yo no los abandoné, como a veces se dice. Lo decidimos entre todos. Eso fue en 1971», precisó Jeanette en el ‘Retrato de papel’ que me está sirviendo para recordar a una artista de largo recorrido. Aunque, también, con una carrera profesional un tanto ‘guadiana’, en la que ha habido notables parones y algún que otro cambio de rumbo artístico: «En el lapsus entre la ruptura del grupo y mi carrera como solista, me fui a vivir por un tiempo a Austria. Allí me casé, por lo civil, y tuve una niña». Pero los de Hispavox le hicieron volver al redil artístico con un tema que también significó un pelotazo: ‘Soy rebelde’, que cantado con su tierna y frágil vocecita chocaba lo suyo, por contraste. Aunque enganchó bien a cierta gran audiencia juvenil deseante de rebeldías en aquellos años grises del final del franquismo. «Fue entonces, en vista del enorme éxito que supuso esa canción, que decidí seguir y tomarme en serio mi carrera como solista», recordó, añadiendo: «Desde aquel tiempo sigo con la misma seriedad a la hora de sacar discos, de buscar compositores, arreglistas, de prepararlo todo a fondo. No me gusta improvisar, y no saco discos por sacarlos o porque necesite dinero. Prefiero esperar para estar bien convencida de lo que quiero y de lo que hago. Y las casas discográficas siempre me han respetado en ese sentido». Lo que debe ser cierto, ya digo, porque ha llovido lo suyo desde 1986; y esta señora cantante sigue todavía en activo. Es que, además, de un tiempo a esta parte está habiendo un verdadero revival de algunas viejas glorias de la canción. O incluso verdaderos ‘tour de force’ de resistencia, como sería el caso más llamativo de todos, el del incombustible Raphael. Sin olvidar a Julio Iglesias, desde luego; y a algunos otros y otras que siguen viviendo mayormente de las rentas de lo que fueron en el momento álgido de sus carreras.

Que las apariencias a veces engañan, fue una de las conclusiones que saqué del encuentro periodístico con Jeanette de hace la friolera de casi cuatro décadas. Quedó claro por la respuesta que dio a mi pregunta de si se correspondía con la realidad esa imagen tierna y se diría indefensa que proyectaba en sus canciones: «Por una parte sí. Puedo ser una persona tierna, dulce, cariñosa; pero en el fondo creo que soy muy diferente a lo que la gente piensa de mí a través de las canciones, porque tengo una personalidad muy fuerte. No me dejo llevar fácilmente; y prefiero decir no a todo antes que sí. Discuto mucho y me gusta tener razón y salirme con la mía», apuntó.

El descubrimiento casual de Ibiza

Que la casa discográfica que la controlaba, digamos, conocía bien su potencial de cara al éxito, queda claro por el nivel de los compositores que le escribieron sus canciones de más pegada: «Generalmente, mis canciones las han escrito José Luis Perales o Manuel Alejandro; pero no tengo un compositor fijo, y prefiero buscar yo misma a quien me gusta en cada momento. Antes también lo hacía yo, pero ahora es que no encuentro tiempo. No sé cómo me las arreglo, pero siempre estoy muy ocupada. Hago muchas cosas y no encuentro la tranquilidad que necesito para componer».

Y eso que cuando hablé con ella era invierno y parecía totalmente integrada en la calma chicha de aquella isla del relajo; que, por cierto, descubrió «por casualidad»: «Fui a Palma para actuar un verano y al volver a Madrid, como no quedaban billetes directos, tuve que volver por Ibiza. Y por curiosidad, me quedé dos días aquí, encantada. Al poco tiempo volví de nuevo y estuve como un año regresando muchas veces; hasta que decidí comprarme una casita». Sin embargo, hasta entonces no había podido actuar en la isla: «No, y eso que me han ofrecido muchas veces actuar en el Casino, en alguna fiesta organizada por el Ayuntamiento o en salas de fiestas. Lo que pasa es que el presupuesto para venir a Baleares, por los gastos que supone traer a nueve músicos, un equipo y todo eso es mucho más caro que en la Península y no resulta rentable; porque tampoco hay lugares con mucha capacidad. Entonces los empresarios se lo piensan más, y por desgracia hasta ahora no hemos encontrado una solución. Pero a mí me gustaría mucho actuar en Ibiza, y espero hacerlo algún día», deseó la cantante. Por cierto, no recuerdo que lo haya hecho; y hasta mi jubilación no se me pasaban eventos con reclamo de este empaque; aunque fueran sólo para nostálgicos.

Cerraré el lejano recuerdo del encuentro con Jeanette “con una pregunta que tenía ganas de hacerte desde que oí tu ‘Corazón de poeta’: ¿Tú crees que los poetas son tan blandos como se describen en tu canción; no conoces a poetas más duros y menos cursis?”. Y su respuesta me dejó un tanto sorprendido: «No; verás que te explique. A mí me gusta mucho leer; pero si hay una cosa que me aburre horriblemente es la poesía. No sé absolutamente nada de cómo son los poetas. El único poeta que soporto es Edgar Allan Poe. Era un señor tan extraño y tan enfermo mental que hacía unas poesías muy locas, muy siniestras, llenas de situaciones raras y morbosas». Y claro, uno tenía que tirar para casa: «Es una pena, porque te pierdes un mundo muy especial y no tan aburrido como crees. Eso sí, necesitas dar con buenos poetas. Los malos son un verdadero castigo. Y esto te lo dice un poeta». Cerrando así la entrevista, y quedándome ahora con la curiosidad de saber cuál fue su reacción. En fin, lo que decía: a menudo las apariencias engañan.

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